viernes, 5 de diciembre de 2014

MORTADELO Y FILEMÓN CONTRA JIMMY EL CACHONDO Prodigio técnico lastrado por saturación

España 2014 88 min.
Dirección Javier Fesser Guión Javier Fesser, Cristóbal Ruiz y Claro García, según los personajes creados por Francisco Ibáñez Fotografía Miguel Pablos Música Rafael Arnau Voces Karra Elejalde, Janfri Topera, Gabriel Chame, Mariano Venancio, Emilio Gavira, Berta Ojea Estreno 28 noviembre 2014

El universo particular de Javier Fesser, forjado en el cortometraje Aquel ritmillo y con El milagro de P. Tinto como flamante puesta de largo, le hizo idóneo para adaptar hace una década las aventuras de los más famosos detectives del cómic español, Mortadelo y Filemón, en carne y hueso, con resultados espectaculares. Algo más flojo de guión no desmereció sin embargo su secuela, dirigida por Miguel Bardem unos años más tarde. Ahora es de nuevo Fesser quien se pone al mando de la primera incursión de los famosos personajes en la animación digital y tridimensional (Misión Salvar la Tierra también disfrutó de tecnología 3D), respetando el estilo visual e iconográfico de las dos entregas de imagen real pero aprovechando al máximo las posibilidades de la animación para ofrecer una entrega despampanante y descacharrante. Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo se perfila así no como la mejor producción animada jamás realizada en España y la proeza técnica más apabullante, sino que incluso podríamos atrevernos a afirmar que es superior a nivel técnico y visual a la mayor parte de las producciones que nos llegan de la otra orilla del Atlántico. Su intencionado barroquismo genera una sucesión interminable de proezas acrobáticas, diseños impresionantes e imaginación desbordante, gracias en gran medida a la estupenda dirección artística de Victor Monigote (no es broma). Aunque su guión puede resultar endeble a nivel argumental, no lo es en absoluto en el plano literario, proponiendo chistes continuos que apenas dan tregua a la hilaridad; y por ahí desfilan la plana mayor de los personajes creados por Francisco Ibáñez para el Grupo Z, reconvertida a aquí en productora cinematográfica en una operación similar a la que desempeña Marvel en Estados Unidos. A los dos torpes y metepatas personajes principales (con unos magníficos Karra Elajalde y Janfri Topera poniéndoles voz) se unen por supuesto El Jefe, Ofelia, Rompetechos (los tres doblados por quienes los interpretaron en las dos películas anteriores, Mariano Venancio, Berta Ojea y Emilio Gavira), Bacterio y tantos otros en participaciones episódicas, aunque el más hilarante acaba siendo Tronchamulas, una suerte de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde cuando es reversizado. Hecha toda esta abundante loa, ¿qué es entonces lo que falla en esta producción casi sin precedentes en un país en el que se hace tan buen cine de animación con las últimas tecnologías? Su saturación; demasiados gags visuales y verbales, demasiados tortazos y tropezones, muchísima violencia sin tregua, en la línea de los dibujos de la Warner, que curiosamente es su distribuidora internacional, pero sin pausa, todo muy de seguido, fatigoso. La conclusión no es que no pueda seguirse sino que se ahoga en su propuesta generando paulatinamente desinterés. Siendo por lo tanto su capacidad para asombrar y entretener inversa a su progreso dramático, nos quedamos con un espectacular arranque estilo James Bond, un prodigio de planificación y resolución que debería formar parte por sí solo de una antología mundial del cine de animación. Una mejor y más agresiva promoción le vendría bien para llegar mucho más alto de lo que quizás sea capaz de llegar.

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