domingo, 6 de septiembre de 2015

CORAZÓN SILENCIOSO Tras la pista de Ingmar Bergman

Título original: Stille hjerte
Dinamarca 2014 97 min.
Dirección Bille August Guión Christian Torpe Fotografía Dirk Brüel Música Annette Focks Intérpretes Ghita Nørby, Paprika Steen, Morten Grunwald, Danica Curcic, Jens Albinus, Pilou Asbaek, Vigga Bro, Oskar Saelan Halskov Estreno en el Festival de San Sebastián 20 septiembre 2014; en Dinamarca 13 noviembre 2014; en España 4 septiembre 2015

El Oscar recibido por Pelle el Conquistador y la Palma de Oro de Las mejores intenciones abrieron a Bille August las puertas del cine internacional. La segunda fue un espléndido drama familiar con guión de Ingmar Bergman en torno al romance imposible de sus abuelos, y a ese universo bergmaniano parece volver August ahora con este regreso al cine de su país, después de haber rodado títulos como La casa de los espíritus, Los miserables, Adiós Bafana o Tren de noche a Lisboa. Un Bergman rotundamente menor reconocible en la historia que cuenta, protagonizada por una familia de clase media con sus secretos, filias y miserias, así como en la fotografía de tonos ocres que tanto recuerda a Sven Nykvist, director de fotografía habitual de Bergman (Gritos y susurros, Cara a cara al desnudo) y cuyas texturas tanto supo aprovechar Woody Allen en sus dramas tributo al famoso director sueco, con o sin fotografía de Nykvist (September, Otra mujer, Interiores, Delitos y faltas). En esta ocasión un buen número de intérpretes famosos en Dinamarca y algunos vistos en películas americanas, dan vida a los integrantes de una familia que se reúne a celebrar una adelantada Navidad con fines luctuosos y reconciliatorios. Ni decir tiene que irán surgiendo desavenencias y reproches, con peaje para la nostalgia, la sorpresa y unos dosificados y amables toques de humor, cargando la responsabilidad del drama en unas eficaces interpretaciones, un ritmo comedido y a veces incluso lento, y una inusual concesión en este tipo de producciones nórdicas al afecto y la emotividad. Todo ello para construir una película aceptable aunque no consigue invitar a la reflexión tanto como pretende, convirtiéndose en su lugar en una cinta sobre cariños y segundas oportunidades. Mereció en San Sebastián el premio a la mejor actriz para la popular Paprika Steen.

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