domingo, 8 de mayo de 2016

MAYO DE 1940 Muerte y desolación en los prados verdes y floridos

Título original: En mai, fais ce qui'l te plait
Francia 2015 114 min.
Dirección Christian Carion Guión Andrew Bampfield, Christian Carion y Laure Irrmann Fotografía Pierre Cottereau Música Ennio Morricone Intérpretes August Diehl, Olivier Gourmet, Mathilde Seigner, Alice Isaaz, Matthew Rhys, Joshio Marlon, Thomas Schmausser, Laurent Gerra, Jacques Bonnaffé Estreno en Francia 4 noviembre 2015; en España 6 mayo 2016

Christian Carion, al que ya anunciamos en su momento como el nuevo Régis Wargnier por el carácter solemne y épico de sus propuestas, parece un realizador muy preocupado por las guerras que han jalonado el siglo XX. La Primera Guerra Mundial fue objeto de su atención en Feliz Navidad, donde tropas alemanas, francesas y escocesas olvidaban sus diferencias para celebrar la Nochebuena al son de la lírica; en El caso Farewell Carion posó su cámara sobre un curioso caso de espionaje durante la Guerra Fría; y ahora fija su mirada en el éxodo de millones de franceses hacia al sur huyendo de la invasión nazi, pocos meses después del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Y lo hace a través de la peripecia particular de un alemán comunista huido del régimen y sus cárceles, que busca desesperadamente a su hijo, al cuidado de una joven profesora que ha tenido que unirse a todo un pueblo en su evasión de las crueles garras de la guerra y sus promotores. La propuesta cuenta con la complicidad de un público al que no se le escapa el drama de los refugiados de guerra, tan de actualidad en una Europa que olvida su pasado para negarse a dar cobijo a quienes hoy más lo sufren. Un drama humano que trasciende su propio espacio y tiempo para instalarse en nuestras conciencias y abrir una brecha en esa Europa que una vez fue devastada y que hoy atraviesa uno de sus peores momentos, evidenciando más desunión e insolidaridad que alianza y fraternidad, a pesar de encontrarnos en el preludio de la que pudiera ser otra hecatombe. Carion nos sirve la tragedia con talento e ingenio, manteniendo un nivel considerable de tensión durante todo el metraje, apenas interrumpido por las muestras de cariño y los pequeños toques de humor que lo salpican. Una esmerada puesta en escena, con especial mención para las aterradoras escenas de bombardeo, y un espléndido trabajo actoral, consiguen un film portentoso, el mejor hasta la fecha del director galo. En este sentido resulta importante destacar la perfecta definición de los personajes, como el alcalde de la desdichada población, interpretado con excelencia por Olivier Gourmet (El ejercicio del poder), su esposa, espléndida Mathilde Seigner, hermanastra de Emmanuelle Seigner y cuñada de Polanski, que protagonizó el debut de Carion en la realización, La chica de París, y por supuesto August Diehl y Matthew Rhys, un alemán y de nuevo un escocés que entablan una emotiva relación de camaradería en su incesante búsqueda del hijo del primero. El devenir de la historia va generando en el espectador la inexorable sensación de que la humanidad no tiene remedio, que somos la única especie que recurre una y otra vez al daño y el sufrimiento ocasionado al prójimo, sin reparar en que en realidad todos y todas somos progenitores y descendientes de una misma camada, la que forman todos los hombres y mujeres que habitan el planeta. Con estas premisas lógicamente se provoca una sensación de impotencia, angustia y devastación de la que cuesta librarse incluso mucho después de abandonar la sala. Secuencias como la elusión de los resultados de una matanza a los ojos inocentes de los niños, o el mortal doble encuentro con un realizador alemán de documentales enaltecedores del avance nazi, logran marcarse en la retina y la conciencia y generar un sentimiento de profunda tristeza. La inestimable colaboración de Ennio Morricone en la banda sonora logra amplificar la tragedia y la emoción de la misma forma que su galardonada música para Los odiosos ocho potenciaba la tensión y el ambiente malsano reinante en la cinta de Tarantino, ¡y ha superado con creces los ochenta años! Pobres desdichados a los que el título original de la cinta advierte En mayo, haz lo que te apetezca.

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