miércoles, 22 de junio de 2016

MI HIJA, MI HERMANA Sobre la elección libre de una identidad y un estilo de vida

Título original: Les cowboys
Francia 2015 114 min.
Dirección Thomas Bidegain Guión Thomas Bidegain y Noé Debré Fotografía Arnaud Potier Música Raphael Haroche Intérpretes François Damiens, Finnegan Oldfield, Agathe Dronne, Ellora Torchia, John C. Reilly, Antoine Chappey, Maxim Driesen, Jean-Louis Coulloc’h, Gilles Treton, Djemel Barek, Mounir Margoum Estreno en Francia 25 noviembre 2015; en España 17 junio 2016

El miedo al rechazo, y a la posibilidad de que el estilo de vida elegido no guste al entorno familiar y amistoso, ya sea por motivos sexuales, religiosos, ideológicos o de cualquier otra índole en las antípodas de lo que los demás esperan de ti, produce muchas veces la rebeldía y la huida. Esta coyuntura, como la que se da cuando se tiene una orientación sexual diferente a la instaurada y generalmente admitida, para lo cual el propio director de la cinta entona en sus títulos finales a ritmo de country el Small Town Boy de Bronski Beat, sirve al hasta ahora afamado guionista para contar una historia de animadversión a un pueblo y una religión, fomentada por el fundamentalismo y la cobertura mediática unidireccional que provocan el miedo, la desconfianza y el odio. Bidegain, que se ha labrado un nombre escribiendo los guiones de las películas de Jacques Audiard (Un profeta, De óxido y hueso, Dheepan), además de otros estimables títulos como La familia Bélier, o no tanto como Saint-Laurent (la de Bonello) o la desafortunada Perder la razón, debuta en la dirección con un claro homenaje a John Ford y Centauros del desierto; de hecho se trata en cierto modo de un remake de esa obra maestra, adaptada a los convulsos tiempos que vivimos. Por eso y por situarse en el extremo opuesto del supuesto enemigo, ambienta su película en el seno de una familia aficionada a participar en colectivos que recrean la vida en el Oeste americano, siendo un padre (en la película de Ford era un tío) y su hijo quienes busquen desesperadamente a la hija y hermana, respectivamente, desaparecida en una de estas celebraciones country. Las consecuencias de la incomunicación marcan a esta familia de por vida, mientras la odisea emprendida por ambos hombres, juntos y por separado, para buscarla por todo el Mundo, servirá para rememorar algunos de los episodios más lamentables de la Historia reciente, especialmente en lo que se refiere a este siglo aún joven. Unas estupendas interpretaciones, un guión modélico en el que gente que no cabe en su propio espacio y no imaginaba lo que se nos venía encima, transita por un mundo en continua transformación, y un sentido de la elipsis y el ritmo narrativo extraordinario, logran un film tan estimable como conmovedor, que surte todo el efecto que pretende e invita a una madura reflexión sobre la diferencia, el respeto y la tolerancia, tan necesarias en un planeta que se nos va antojando cada vez más siniestro y amenazador. Obtuvo cuatro nominaciones en los últimos César, para sus protagonistas, la dirección novel y la estupenda banda sonora que firma uno que se hace llamar Raphael.

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