domingo, 21 de mayo de 2017

EL CASO SLOANE Corrupción, ambición y viceversa

Título original: Miss Sloane
USA-Francia 2016 132 min.
Dirección John Madden Guión Jonathan Perera Fotografía Sebastian Blenkov Música Max Richter Intérpretes Jessica Chastain, Mark Strng, Gugu Mbatha-Raw, Michael Stuhlbarg, Alison Pill, Jake Lacy, Sam Waterston, John Lithgow, Christine Baranski, Douglas Smith, Dylan Baker, Meghann Fahy, Ennis Esmer, Grace Lynn Kung, David Wilson Barnes, Lucy Owen Estreno en Estados Unidos 9 diciembre 2016; en España 19 mayo 2017

La enésima entonación norteamericana del mea culpa llega de la mano del artesano John Madden, capaz de recopilar Oscars en Shakespeare enamorado, realizar pastelitos como El exótico Hotel Marigold o lograr solventes thrillers como La deuda o ésta Miss Sloane, ambas protagonizadas por la electrizante Jessica Chastain. En esta ocasión la actriz da vida a una ambiciosa mujer de negocios en la línea de la que interpretó Faye Dunaway en Network hace cuarenta años. Una mujer volcada en su trabajo, sin apenas vida privada y con una tan desbordada ambición que no duda en utilizar métodos poco éticos y ortodoxos con tal de conseguir sus propósitos, al precio además que sea. Para eso el retorcido e intrincado guión del debutante Jonathan Perera, con un ojo en el estilo y la caligrafía de Aaron Sorkin (La red social, La guerra de Charlie Wilson, Algunos hombres buenos o la serie de televisión El ala oeste de la Casa Blanca), utiliza como mcguffin el enfrentamiento del loby armamentístico con los partidarios de un mayor control de las armas, un problema que conlleva la reinterpretación de la segunda enmienda, con todos los prejuicios que para una sociedad eminentemente conservadora conlleva cuestionarse una ley escrita desde época de nuestros ancestros; un poco lo que pasa aquí con el inmovilismo constitucional, que nos obliga a acatar con extremo rigor todo lo establecido en la Carta Magna, redactada cuando nuestras necesidades eran otras Es por eso y por la putrefacción y la corrupción que adorna la política estadounidense, que resulta fácil identificar en los temas y miserias abordados en este guión los que preocupan a nuestra sociedad. Pero es en última instancia la compleja personalidad de esta obsesiva e inteligente mujer de negocios y estratega, lo que realmente atrae en el conjunto y le da entidad propia, gran mérito de lo cual lo tiene la excelente interpretación de Jessica Chastain, prodigio de matización y flexibilidad. La firme dirección de Madden consigue el ritmo y la energía suficientes para que el drama se siga con interés, logrando además de un elenco ejemplar unas interpretaciones sobresalientes. Es el guión lo más discutible de la función, por cuanto dilata la acción con más información de la necesaria, gran parte de ella ininteligible, aunque como suele ocurrir en estos casos al final no sea relevante, y con trucos narrativos que provocan la habitual sensación en este tipo de empresas de que se nos ha tomado el pelo, incluida una resolución efectista que no resistiría un análisis dramático pormenorizado. En cuanto a la puesta en escena, la habitual en este tipo de producciones, mucha sobriedad, vestuario oscuro y despachos clásicos; otra demostración de inmovilismo en un sistema que juega a la distinción cuando en realidad sólo produce basura y miseria.

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