lunes, 22 de mayo de 2017

NO SÉ DECIR ADIÓS Decepciones familiares

España 2017 96 min.
Dirección Lino Escalera Guión Lino Escalera y Pablo Remón Fotografía Santiago Racaj Música Pablo Trujillo Intérpretes Nathalie Poza, Juan Diego, Lola Dueñas, Pau Durá, Miki Esparbé, Noa Fontanals, Marc Martínez, Oriol Pla, Greta Fernández, Emilio Palacios Estreno en el Festival de Málaga 20 marzo 2017; en salas comerciales 19 mayo 2017

Otro realizador español debutante; parece que nos pasamos la vida asistiendo a lanzamientos de nuevos directores curtidos en la televisión y el cortometraje, a algunos de los cuales les sirve para atreverse con el formato largometraje acumulando cierta pericia, control y dominio de los medios y recursos. Escalera opta además por fijarse en un drama familiar, que es también muy recurrente. Gente de ciudad que huye de un entorno familiar supuestamente opresor y decididamente provinciano. Barcelona contra Almería, para desarrollar esta eterna lucha entre personas de un mismo núcleo familiar, y el reencuentro aparentemente regenerador y hasta catárquico que provoca el habitual punto de inflexión en forma de desgracia o enfermedad, que para celebrar eventos parece que sólo sirva la comedia. Escalera filma con elegancia, dominando espacios y colores y consiguiendo trasladarnos cierta tensión dramática que hace que asistamos interesados a una historia que, sin embargo, no llega nunca a progresar. Ahí es donde radica el problema de esta cinta galardonada en el Festival de Málaga con cuatro premios, entre ellos el de mejor guión, bien escrito pero mal enfocado. Unas estupendas interpretaciones moldean el resto para que el espectáculo sea mínimamente interesante, pero el personaje central por el que Nathalie Poza fue reconocida como mejor actriz en ese certamen, naufraga estrepitosamente. La eterna mujer desequilibrada, amargada y entregada a una vorágine de drogas, alcohol y sexo, que sin embargo mantiene estoicamente su difícil puesto de trabajo ( ser comercial ha requerido siempre gran dedicación y muchísimo esfuerzo, y más al nivel que lo ejerce la protagonista) y adopta una poco convincente responsabilidad frente a su padre enfermo, al que da vida un Juan Diego más inteligible de lo acostumbrado y premiado como mejor actor de reparto; una entrega y una dedicación que no encaja bien con ese matiz desequilibrado del personaje. Dueñas, que también realiza un buen trabajo, no puede sin embargo quitarse la máscara almodovoriana que hace que cada intervención suya sea un alivio cómico frente al desgarro existencial que parece querernos contar el joven realizador, si es que realmente esta película llega a contar algo consistente. El jurado de Málaga debió pensar que sí, concediéndole también el premio especial.

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