sábado, 22 de septiembre de 2018

MICHAEL JACKSON'S TALENT SHOW

Homenaje al Rey del Pop. Un espectáculo de Boulevard Producciones & Management. Nuria Carreras, directora, coreógrafa y creadora. Ximo Jackson, impersonator, diseño escénico y artístico. Box Cartuja, viernes 21 de septiembre de 2018

La sorprendente caracterización de Ximo Jackson 
A punto de cumplir cincuenta y un años y con todas las intervenciones a las que sometió su rostro, aunque no muriera a la mítica edad de veintisiete años como Amy Winehouse o Kurt Cobain, podemos considerar que Michael Jackson dejó un cadáver joven y hermoso, que sus fans e incondicionales de todo el mundo pretenden mantener vivo y en activo, alimentando incluso esa leyenda que rodea a los grandes mitos como Marilyn o Elvis de que en realidad sobreviven en un paradisíaco retiro. La recreación mimética de grupos y estrellas del pop y el rock, ya desde tiempos de Los Beatles, ha sido una constante que alcanzó su punto álgido con ese espectáculo descomunal que recrea los grandes conciertos de Queen en auditorios y estadios de todo el planeta. Lo que Jackson Dance Company pretende, con recursos más limitados, es algo parecido con un leve hilo dramático que le sirve de nexo conductor.

Ximo Jackson es el principal artífice, junto a su directora y creadora artística Nuria Carreras, de este irregular espectáculo avalado por los fans españoles del artista inmortal como el mejor homenaje que se le ha rendido en este país, al menos eso reza la publicidad. El joven valenciano arrastra desde su infancia una admiración incondicional por Michael Jackson, que ha rentabilizado desde su mayoría de edad en espectáculos y programas de televisión de toda índole. Pero es en el concepto de Talent Show, con una mezcla de Operación Triunfo en el caso de los cantantes y Tú sí que vales en el apartado del cuerpo de baile, donde esta iniciativa tiene mejor cabida, convirtiendo de esta manera a estos formatos televisivos en el más claro legado del artista de Indiana. La intención sin embargo es destacar su vida y música como un canto a la humanidad, la paz y el respeto al planeta desde un punto de vista ecológico, y para eso se teje una enclenque trama romántica en la que las vivencias de una joven y su historia de amor con un amigo de la adolescencia sirven para ir encajando las canciones de Jackson. 


Los números musicales reproducen coreografías y vestuarios muy reconocibles gracias a los millonarios videoclips que promovieron su carrera. Si la pareja protagonista viaja a Egipto surge Remember the Time; si ella se queda sola en la noche le atacan los zombies y comienza Thriller, tras la proyección del video que debía enriquecer el espectáculo con el que Jackson pretendía despedirse de los escenarios, This Is It, y esa célebre coreografía inmortalizada en el corto de John Landis mimetizada mientras una simpática zombie flamenca se cuela en el ballet. Smooth Criminal, Bad, The Way You Make Me Feel, Beat It, se van sucediendo en discretas y poco creativas recreaciones de sus archiconocidos clips promocionales, con un playback como sustento musical que nos hace sospechar se habrá pagado mucho por derechos de autor. Iris Fernández y Alejandro Trinidad interpretan, con limitados recursos dramáticos, a la pareja protagonista. Pero son sus canciones y su buen hacer lo que da mayor frescura al conjunto; Gone Too Soon, You Are Not Alone, Rock with You, I Just Can’t Stop Loving You o Human Nature evocan un formato que quizás hubiera originado un espectáculo más genuino, quién sabe si mediante la convocatoria de un grupo de admiradores y admiradoras del artista que se reunieran para versionar sus canciones, como queda patente en ese We Are the World que acaba convenciéndonos de la influencia de Jackson en programas como OT; o haber optado por el clásico biopic al estilo del de Tina Turner que actualmente triunfa en el West End londinense. Pero de lo que no cabe duda es de que sea lo que sea a lo que terminen dedicándose los esforzados cantantes y bailarines, siempre tendrán la satisfacción de recordar cuando se subieron a un escenario y pusieron todo su sano y envidiable entusiasmo al servicio del baile, la música y la pasión por la cultura y el entretenimiento. Al final, libremente sueltos en Wanna Be Startin’ Something o evocando en modo happy la etapa de los Jackson Five y la música disco, es como mejor conectaron con el público y nos hicieron bailar.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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