lunes, 29 de enero de 2024

POBRES CRIATURAS Extravagancia seudofeminista

Título original: Poor Things
Irlanda-Reino Unido-USA 2023 141 min.
Dirección
Yorgos Lanthimos Guion Tony McNamara, según la novela de Alasdair Gray Fotografía Robbie Ryan Música Jerskin Fendrix Intérpretes Emma Stone, Mark Ruffalo, Willem Dafoe, Ramy Youssef, Christopher Abbott, Jerrod Carmichael, Kathryn Hunter, Margaret Qualley, Hanna Schygulla, Vicky Pepperdine Estreno en Estados Unidos 22 diciembre 2023; en Irlanda y Reino Unido 12 enero 2024; en España 26 enero 2024


Ha ocurrido otras veces, la fascinación de Hollywood por supuestos creadores subversivos y polémicos. Ahora le ha pasado a la habitualmente simpática Emma Stone, que ha debido encontrar en Lanthimos su particular vehículo de lucimiento artístico, y después de protagonizar La favorita y el cortometraje Bleat, no duda en protagonizar y producir esta particular adaptación de una novela del también artista escocés Alasdair Gray, y próximamente la veremos en Kind of Kindness de nuevo a las órdenes del realizador griego. Atrás quedaron las sorpresas no siempre agradables de Canino, Attenberg y Alps. Desde Langosta sucumbió a la fama y la frivolidad norteamericana, vía islas británicas, y se embarcó en proyectos más ambiciosos como 
la mencionada Favorita y El sacrificio de un ciervo sagrado, para nosotros la más fascinante e inquietante de cuantas ha dirigido, a pesar de ser la menos reconocida.

Con Poor Things aprovecha la combinación de denuncia, ciencia ficción, imaginación artística y realismo que profesa la literatura del autor desaparecido, y nos ofrece un pastiche para muchos poco digerible y para otros seguramente genial, sobre una joven Prometea (si cabe atribuir el término a una fémina) en proceso de redención desde su rol inicial como mujer ninguneada y apaleada, que revive gracias a una especie de Dr. Moreau, con la mentalidad de una niña para, partiendo de la inocencia, reinventar su existencia y erigirse en dueña de sí misma, en cuerpo (literalmente) y alma. Una idea nada mala como partida, aunque bastante básica tras tanta parafernalia estética, por otro lado siguiendo las pautas que hace tanto tiempo instaurara Terry Gilliam sin tanto éxito ni reconocimiento como este mimado director heleno. Entre piruetas y desmadres, y una interpretación realmente comprometida tanto física como intelectualmente de Emma Stone, la cinta a muchos se nos revela artificiosa y desagradable, frecuentemente pasada de rosca y con mensajes tan paupérrimos como sobradamente superados.

La liberación de la mujer a través de la satisfacción sexual y el control de su cuerpo, prostitución incluida, se nos antoja ya un argumento rancio, salvo que fuera tomado con más respeto y devoción, con mayor seriedad y convicción. Lo demás es puro artificio arty del que sólo nos cabe destacar la rendición de una industria tan mojigata como la norteamericana a un producto en el que abundan los desnudos y las escenas sexuales. Cabe destacar la desquiciada música del debutante Jerskin Fendrix, un joven músico de la esfera underground londinense que ha conseguido con su primera banda sonora aproximarse con éxito y mucho reconocimiento al universo caprichoso y extravagante de la película. Pero nada de lo que a nosotros tanto nos ha desagradado ha impedido que lograra el León de Oro en Venecia y once nominaciones tanto a los Oscar como a los Bafta, además de dos Globos de Oro. Quizás nos estemos haciendo mayores y echemos en falta una gramática más sincera, sencilla y convenientemente convencional para atajar cuestiones tan serias y decisivas.

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