domingo, 15 de septiembre de 2024

JUSTICIA ARTIFICIAL Debate desaprovechado

España-Portugal 2024 98 min.
Dirección
Simón Casal Guion Simón Casal y Víctor Serra Fotografía Diego Cabezas Música Sofía Oriana Infante Intérpretes Verónica Echegui, Yamar Novas, Alba Galocha, Alberto Ammann, Alfonso Pimentel, Paula Morado, Monti Castiñeiras, Marco D’Almeida, Melania Cruz, Xabier Deive, Santi Prego Estreno 13 septiembre 2024

Dos años después de su mediometraje documental, el director gallego Simón Casal insiste en un tema que parece preocuparle mucho, el de la utilización de la inteligencia artificial para sustituir la del humano propiamente dicho, especialmente adaptado en su caso a la justicia, con el fin aparente de aliviar su tan cacareado atraso y saturación, aunque en el fondo todo apunta a un mayor control por parte de los poderes públicos, económicos y mediáticos. Ahí radica su principal denuncia, y para ello ha contado con la implicación de Gerardo Herrero en la producción, siempre interesado en plasmar problemas coyunturales a sus entretenidas tramas, sin atisbo de ambición y con el sólo propósito de lograr una aceptación discreta y aseada que le permita abordar una próxima producción, y van no sé cuántas, pero muchas.

En esta ocasión el tema se aborda desde un futuro tan cercano que casi parece una actualidad distópica donde abundan los vehículos con piloto automático y asistencia informática, un país presidido por una mujer y una discreta pero estimulante puesta en escena. Pero la denuncia y la puesta sobre la mesa de un tema a debate, se diluye cuando la trama se impone evidenciando una intriga criminal que se antoja paulatinamente poco interesante y demasiado previsible. Una combinación más acertada de debate e intriga criminal, como hizo Spielberg hace veinte años en Minority Report, habría mejorado sustancialmente el producto. 

No obstante, la solvencia de su reparto, su sobria dirección artística y esa sana tendencia a competir con producciones de otros países más atrevidos a la hora de abordar producciones futuristas, hacen que el producto se disfrute con cierto entusiasmo, si bien hubiésemos preferido una Verónica Echegui en registro menos serio y tristón, que parece que para implicarse de lleno en una causa, por mucho que ésta pueda perjudicarte, primero se tenga que ser víctima de algún tipo de trauma o frustración. Ssobre si debemos o no dejar en manos de algoritmos nuestro devenir en aspectos tan decisivos como la justicia, el film apenas consigue soltar algunas claves sin llegar a desarrollarlas en profundidad, aunque quizás esto no fuera en última instancia su principal intención.

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