Dirección Gracia Querejeta Guion Gracia Querejeta y María Ruiz, según la novela de Rosa Montero Fotografía Juan Carlos Gómez Música Vanessa Garde Intérpretes Hugo Silva, Megan Montaner, Miguel Rellán, Eva Ugarte, Ismael Martínez, Francisca Horcajo, Álvaro Rico, Josean Bengoetxea, Chani Martín Estreno en el Festival de Málaga 16 marzo 2025; en salas 6 junio 2025
Nunca hemos sido de los que piensan que una película de Gracia Querejeta es de por sí una garantía de calidad. De sus diez películas hasta el momento, sólo nos ha convencido plenamente Héctor, por su retrato acertado y conmovedor de la juventud del momento, principios de siglo. Ahora, con La buena suerte, adapta una novela de Rosa Montero que aborda muchos temas, pero principalmente uno muy doloroso y lamentablemente actual, que afecta al odio creciente hacia lo diferente en nuestra sociedad, y paralelamente a la dificultad de educar a los hijos, sobre todo cuando éstos son problemáticos y necesitan de una ayuda especial. El stress y la vorágine en que hemos convertido, en cierto modo voluntariamente, nuestras vidas, afecta a nuestro entorno y a la manera de afrontar problemas, sobre todo de carácter sentimental. Nada mejor que una escapada a la España rural y su tan cacareada tranquilidad existencial para intentar, al menos, resolver algunas de estas cuestiones.
El film arranca con muchos misterios y una considerable carga de intriga, para poco a poco ir diluyéndose, adoptando un carácter más amable gracias a la introducción de un personaje femenino de índole santísima, y a la recuperación de ese gran actor de comedia que es Miguel Rellán, aunque sea en forma de arquetípico anciano mal humorado y contestón. La cosa va así funcionando de forma más o menos aceptable, pero conforme avanza y va retomando sus hechuras de thriller, una investigación policial artificiosa y cogida por los pelos, y cierta desgana en la composición de escenas y personajes secundarios, especialmente los menos amables, van lastrando el trabajo.
Hugo Silva parece querer seguir la buena senda de su intervención en Un amor, pero apenas logra salir de una interpretación monocorde en modo dolor absoluto y desdicha descomunal. Al final casi nada llega a convencer plenamente, aunque se puede agradecer las buenas intenciones de la directora y su equipo y el carácter amable, elegante y distendido que ha querido dar al conjunto, lo que por otra parte tampoco es poco. Pero se hubiera agradecido que temas tan relevantes como los que se tratan en el film, hubiesen obtenido un análisis más profundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario