miércoles, 23 de febrero de 2011

Carlos Goicoechea, un pianista heavy

Crítica de música

Ciclo Jóvenes Intérpretes. Carlos Goicoechea, piano. Programa: Sonata Op. 109 No. 30 de Beethoven; Fantasía Wanderer D. 760 de Schubert; Cuatro estudios de ejecución transcendental S. 139 de Liszt.
Sala Manuel García del Teatro de la Maestranza, Sevilla. 22-2-2011

Habiéndose celebrado esta temporada dos únicas entregas del veterano ciclo de Jóvenes Intérpretes, debería haberse prestado más atención a la coordinación de los programas, de manera que no se repitiera en ambos la pieza de Schubert, en el de Juan Pérez Florestán, que acompañaba al tenor Juan Sancho pero tuvo su momento de gloria con esta fulgurante obra, y en el de este joven aizcolari nacido en Burgos.

Y no es que se dedique al deporte rural vasco, sino que su técnica y su forma, posiblemente también influidas por su interés por el heavy metal, rebosa energía, contundencia y vitalidad. Multipremiado desde muy temprana edad, este pianista de diecinueve años posee una brillantez técnica incontestable, evidente al enfrentarse a un programa tan complejo y arriesgado como éste y salir airoso de la empresa.

Quizás por su juventud aún no ha logrado conciliar esa contundencia interpretativa con una visión poética e interiorizada de la música, algo muy evidente en la antepenúltima sonata de Beethoven, bajo cuya aparente gracilidad se esconde toda una tortuosa experiencia vital, imposible de atisbar en las manos del pianista. La explosiva arquitectura del Wanderer Fantasie de Schubert, en los últimos meses repetida varias veces en el Maestranza, incluso en su versión concertante orquestada por Liszt, y el virtuosismo extremo que exigen los Estudios transcendentales del maestro húngaro, sí encontraron hábil reflejo en el ímpetu del intérprete, tan disciplinado que no necesitó partitura en ningún momento, pero echándose en falta siempre una mayor dosis de poesía y delicadeza cuando las piezas lo exigían. Seguramente la madurez emocional le irá descubriendo esa mayor dosis de expresividad sentimental que todavía le falta.

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