miércoles, 16 de febrero de 2011

El Valor de Ley de los hermanos Coen

Crítica de Cine

VALOR DE LEY (True Grit)

USA 2010 108 min.
Guión y dirección Joel y Ethan Coen, según la novela de Charles Portis Fotografía Roger Deakins Música Carter Burwell
Intérpretes Jeff Bridges, Hailee Steinfeld, Matt Damon, Josh Brolin, Barry Pepper, Ed Corbin
Estreno 11-2-2011

La única diferencia casi que existe entre la versión que Henry Hathaway dirigió de la novela de Charles Portis Agallas en 1969 y ésta que nos presentan ahora los hermanos Coen, es la misma que existe entre el Réquiem de Mozart dirigida por Karajan o por William Christie; es decir, que radica en el historicismo; la partitura es la misma, lo que cambia es el rigor de ambientación con el que es abordada, los instrumentos y el estilo interpretativo. Así, si a finales de los 60 los cowboys llevaban vaqueros de hippies y melena a la moda, desde hace algunas décadas el cuidado por vestuario, maquillaje y decorados se ha vuelto más riguroso y atento. Eso es todo, porque seguimos asistiendo al mismo espectáculo reaccionario y violento, en el que la rabia, el rencor y la venganza se convierten en valores de la mano de unos autores encumbrados en su particular olimpo, que desde hace mucho, o desde siempre, no hacen sino justificar e ilustrar esa violencia latente en la sociedad y cultura americanas. No hay atisbo de ironía ni crítica en este por otro lado excelentemente rodado western, sino que la furia y la violencia se desatan con naturalidad y cuentan hasta con la bendición de los cineastas. Y encima les aplaudimos. Situaciones y decorados nos resultan tremendamente familiares a quienes hemos visto la versión de 1969, si no calcados. Otra posible diferencia, ésta más pequeña, con la anterior versión, es que aquélla tenía un tono épico y un sentido del humor que amortiguaba los efectos de su mensaje ultraconservador, mientras los Coen han optado por un tono grave y severo que no hace sino potenciar tan peligrosa propuesta. Cierto que artísticamente el film ofrece indudables valores, como la ya comentada ambientación o su exquisita fotografía, además de unas interpretaciones excelentes. Pero mientras la de Hathaway sólo mereció dos nominaciones al Oscar (actor y canción), y la primera se transformó en premio seguramente por la veneración que despertaba John Wayne (Bridges exhibe más talento interpretativo que su predecesor y seguramente no tendrá premio), este innecesario (e incluso inconveniente) remake ha logrado diez distinciones en los premios más célebres del mundo cinematográfico. Paradójico y lamentable.

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