lunes, 18 de abril de 2016

MI AMOR Un hombre (gilipollas) y una mujer (histérica)... en fin

Título original: Mon roi
Francia 2015 130 min.
Dirección Maïwenn Lo Besco Guión Etienne Comar y Maïwenn Lo Besco Fotografía Claire Mathon Música Stephen Warbeck Intérpretes Emmanuelle Bercot, Vincent Cassel, Louis Garrel, Isild Lo Besco, Chrystèle Saint Louis Augustin, Patrick Raynal, Yann Goven, Paul Hamy, Djemel Barek Estreno en el Festival de Cannes 17 mayo 2015; en Francia 21 octubre 2015; en España 15 abril 2016

Si en su anterior película, muy celebrada en Francia, Polisse, Maïwenn intentaba mostrarnos el día a día del cuerpo de policía de una conflictiva comisaría de París, en esta cinta fija su mirada en una pareja imposible, la formada por una divorciada de difícil temperamento y un contumaz vivalavida para al que hacer sus caprichos realidad sólo le suponen un chasquido de dedos. Trata de ilustrar una atracción fatal entre dos seres llamados a no entenderse y hacerse la vida imposible; el problema es que tal como ha trazado sus personajes, la definición de ella corre, una vez más, con la peor fortuna. Mientras las vaciedades de él y su eterno afán de devorar la vida a cualquier precio, se redimen con un buen carácter y hasta cierta generosidad, ella no encuentra justificación en sus celos, sus continuas muestras de histeria y esa molesta entrega al principio incondicional a los supuestos encantos de un hombre (el rey, aunque sea de los gilipollas, como él mismo se define, del título original que aquí se ha traducido con un amor que deja al amo al descubierto, pero que no logra tener reflejo preciso en la película) que se rodea de gente mediocre y hace cosas mediocres y extravagantes, siempre con la excusa del placer y la diversión. El producto, largo y tedioso, se enrosca innecesariamente para apenas contar nada, hacerlo sin convicción y acabar provocando más irritación que inquietud ante la supuestamente incómoda realidad emocional que cuenta. Sobra metraje, situaciones y sobre todo esa visión condescendiente del hombre y despiadada de ella, por mucho que la intención pudiera ser otra diferente, en cuyo caso estaríamos ante un producto decididamente fallido. Ya lo es por todo lo demás, incluida una interpretación, la de ella, que más que recorrer matices va de un extremo a otro dando tumbos, sin coherencia ni apenas estudio del personaje, por lo que sorprende el premio obtenido en Cannes, donde seguramente hubo actrices que brillaron más y mejor.

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