domingo, 22 de octubre de 2017

FSO: LA FIESTA DE LA MAGIA Y LA ILUSIÓN

Concierto de Música de Cine de la Film Symphony Orchestra. Constantino Martínez-Orts, dirección. Programa: Temas y suites de Casablanca, Éxodo, Bailando con lobos, Tiburón, Pearl Harbour, Rogue One, Hook, Rocky, Tombstone, Up, La misión, Lío en los grandes almacenes, Titanic, La La Land, Iron Man y El hombre de acero.
Auditorio FIBES, sábado 21 de octubre de 2017

Mucho ha mejorado esta orquesta valenciana especializada en música de cine desde aquellos primeros conciertos hace algunos años. El buen sabor que nos dejó su anterior función con temas de la saga de las galaxias, se revalida ahora con este otro espléndido concierto dedicado al cine más espectacular y palomitero, un género en el que su director se mueve con soltura, desplegando toda su ilusión. Un Constantino Martin-Orts que se hace presentar con fanfarrias y luces de colores, portando esa habitual sotana estilo Matrix que le convierten en personaje extravagante y sintomático. Una imagen que sin embargo dista mucho de su cercanía con el público y su entusiasmo a la hora de introducir los temas del programa, aunque de vez en cuando cometa algún error de documentación. Este espectáculo tan difícil y caro de montar hace preguntarnos cuál pueda ser su caché para que, alcanzado este nivel, nuestros cineastas sigan recurriendo a orquestas del este de Europa para grabar sus bandas sonoras.

El repertorio elegido para esta ocasión echó mano tan sólo de un tema ya interpretado con anterioridad, Flight to Neverland de John Williams para Hook; una pieza que ya bordaron hace unos años y que vuelven a interpretar con tanta pasión y energía que uno no puede evitar emocionarse. Un tono épico, aventurero y desenfadado que se repitió en otras piezas como Rogue One y Up de Michael Giacchino, servidas con un encomiable nivel técnico, y Tombstone de Bruce Broughton, en una estimulante suite que combinó lirismo y potencia, siempre potenciando ese carácter forte tan apropiado al programa elegido. Hubo espacio también para un exacerbado lirismo, como el que la batuta imprimió al tema de John Dunbar compuesto por John Barry para Bailando con lobos, dentro de una suite irregular con flojas intervenciones de trompeta y trompas, o el romanticismo desplegado en una versión rítmico melódica de Éxodo de Ernst Gold.

También en la famosa suite de Max Steiner para Casablanca pudimos disfrutar de un trabajo bien construido, respetando la partitura original en estilo, orquestación y tempi. Mención especial merecen el solo de oboe de La misión, así como la percusión, con notables trabajos en Rocky de Bill Conti o el ballet final de La La Land, cuyo estilo jazzístico supo preservarse en perfecta combinación con el sinfonismo dominante, destacando magníficos solos de piano y trompeta. El toque más humorístico dentro de un espectáculo en el que primó la magia y la ilusión, lo puso el escritor en máquina que emuló al recientemente desaparecido Jerry Lewis en el célebre tema de Leroy Anderson que Frank Tashlin eligió para Lío en los grandes almacenes. Y los más trágicos los protagonizaron James Horner y su música para Titanic y la épica dramática propuesta por Hans Zimmer en El hombre de acero. Tres propinas aliviaron el entusiasmo del público, Juego de tronos, E.T. y la jubilosa Cantina Band de La guerra de las galaxias, que los propios integrantes de la orquesta bailaron sobre el escenario. ¡Más música de cine, por favor!

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

No hay comentarios:

Publicar un comentario