lunes, 18 de diciembre de 2017

MUCHOS HIJOS, UN MONO Y UN CASTILLO Julita encantada

España 2017 90 min.
Fotografía y dirección Gustavo Salmerón Guión Gustavo Salmerón, Raúl de Torres y Beatriz Montáñez Música Mastretta Documental Estreno en el Festival de Karlovy Vary 6 julio 2017; en salas comerciales 15 diciembre 2017

Poco sabíamos de Gustavo Salmerón desde que en 2012 protagonizara el cortometraje nominado al Oscar Aquel no era yo. El que frecuentara las pantallas, fundamentalmente en los noventa, con títulos como La ardilla roja, Mensaka, Más que amor frenesí, Asfalto o Reinas, ha estado quince años rodando secuencias familiares con una cámara doméstica, intentando construir un retrato más o menos certero de su singular madre, Julita Salmerón, y tras un minucioso y suponemos que fatigoso montaje, lo ha presentado en Karlovy Vary, donde logró el premio al mejor documental. Desde entonces todo han sido parabienes para el trabajo del actor metido a director, con un corto previo a sus espaldas, y su inigualable madre, una mujer tan curiosa y divertida como insufrible e irritante. Este particular Todo sobre mi madre encuentra precedentes ilustres como El desencanto de Jaime Chávarri, que retrataba a Felicidad Blanc, viuda de Leopoldo Panero, y sus tres polifacéticos hijos, o Carmina o revienta de Paco León y su secuela. Julita se encuentra entre la distinción intelectual de la primera y la socarronería surrealista de la segunda, como una mujer de clase media, tradicional, educada y liberal, con un particular sentido del humor y una serie de manías que le llevan de ser víctima del síndrome de Diógenes a cambiar de chaqueta con la facilidad que sólo el tiempo es capaz de otorgar. En el camino confiesa ser incapaz de dar el cariño que su familia necesita, y sin embargo ha logrado mantenerla a flote y unida a lo largo del tiempo, y con vicisitudes económicas de por medio, que es más difícil. Y es que si Chávarri mostraba a los Panero justo cuando España comenzaba su andadura democrática, Salmerón retrata a los suyos durante otro cambio traumático, la económica cuyos estertores aún perduran. El castillo del título y unas vértebras de la abuela que no aparecen por ninguna parte y que reclaman ser enterradas, son el leit motiv o si se quiere mcguffin de una película sobre una mujer especial, puede que caprichosa, ocurrente, original pero también excéntrica y a ratos insufrible. Seguramente no la mejor madre del mundo, pero a su modo una muy valiosa. Merece la pena acercarse a esta no se sabe muy bien si confesión de amor, admiración o todo lo contrario de su hijo, que aprovecha también para con apenas unos retazos ofrecer una imagen muy completa y reveladora de su padre y hermanos, una familia que encuentra en el caos una reivindicación de vida, libertad y alegría, aún en la desdicha. Una gente que sabe aprender de la vida, asumir su carácter efímero y perecedero, sin por ello renunciar a sus raíces y sus pertenencias, incluidos recuerdos y miserias.

1 comentario:

  1. Sin olvidar el magnífico y premiadísimo corto que protagonizó Salmerón allá por 2005, "Diez minutos": http://engidicm.blogspot.com.es/2007/06/diez-minutoscortometraje.html

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