sábado, 11 de mayo de 2013

STOKER La sombra de una identidad

USA 2013 100 min.
Dirección Park Chan-wook Guión Wentworth Miller Fotografía Chung Chung-hoon Música Clint Mansell Intérpretes Mia Wasikowska, Matthew Goode, Nicole Kidman, Dermot Mulroney, Jacki Weaver, Lucas Till, Alden Ehrenreich, Phyllis Somerville, Ralph Brown, Judith Godrèche Estreno en España 10 mayo 2013

Confieso desconocer el cine del realizador coreano Park Chan-wook, autor de títulos como Old Boy, Simpatía por Mr. Venganza o Simpatía por Lady Venganza. Pero me ha llamado la atención sus declaraciones según las cuales decidió dedicarse al cine cuando vio Vértigo de Alfred Hitchcock. Sabiendo ese detalle resulta evidente que en esta película exquisita y elegante desde el punto de vista estético o formal, se ha basado en el cine nunca perecedero del genial realizador británico. Pero no es Vértigo la película que subyace bajo la piel del guión firmado por el autor de la exitosa serie de televisión Prison Break. Más bien parece ser La sombra de una duda la cinta de la que ésta no es sino un perverso y maquiavélico reverso. La figura central del argumento es una joven atractiva, pero mientras Teresa Wright personificaba la inocencia de una vecina en una típica comunidad rural y sencilla, Mia Wasikowska es una enrevesada joven emocionalmente inestable que encierra más de un oscuro secreto en su torturada mente. En ambos casos las protagonistas sienten admiración por su tío, Charlie en las dos películas; pero mientras la heroína hitchcockiana aumentaba su animadversión por el cosmopolita pariente conforme iba averiguando su mentalidad perversa, India Stoker va aumentando su interés y fascinación por el mismo. Hasta aquí el ejercicio resulta atractivo, como hemos apuntado por su excelente acabado formal y un ritmo fascinador que atrapa, así como por ese original paralelismo con la película que Hitchcock prefería entre todas las suyas. Pero todo se queda en una anécdota cuando director y guionista se revelan incapaces de profundizar en la perversión que subyace en este diabólico cuento, quedándose todo en la epidermis, y por supuesto en un atractivo elenco interpretativo en el que destacan su trío protagonista, incluida la siempre extraordinaria y bellísima Nicole Kidman; sin olvidar a secundarios como Dermot Mulroney y Jacki Weaver dando vida a un personaje que parece sacado de Psicosis, concretamente el que interpretaba Vera Miles, aunque con un protagonismo mucho menor que el de la rubia favorita del mago del suspense en aquella mítica película. A destacar el buen trabajo de Clint Mansell en la banda sonora, a lo que hay que añadir una pieza original de piano compuesta por Philip Glass en su registro habitual, y una sugerente selección de canciones pop y nostálgicas.

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