miércoles, 29 de enero de 2014

NYMPHOMANIAC. VOLUMEN 2 Salón Dreyer

Título original: Nymphomaniac. Volume II
Dinamarca-Bélgica-Francia-Alemania-Reino Unido 2013 123 min
Guión y dirección Lars Von Trier Fotografía Manuel Alberto Claro Intérpretes Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgard, Shia LaBeouf, Stacy Martin, Willem Dafoe, Michael Pas, Jean-Marc Barr, Jamie Bell, Ananya Berg Estreno en España 24 enero 2014

Vista esta segunda parte de Nymphomaniac, no vamos a discutir la capacidad y el talento de Lars Von Trier para contar historias con un sello personal, sentido del humor y ocasionales destellos de auténtico genio, menos cuando algunos de sus títulos los consideramos definitivamente emblemáticos. Pero su habitual tendencia a la misoginia, definiendo caracteres femeninos profundamente atormentados y con una terrible sensación de culpa, llega aquí a niveles de paroxismo; sin embargo ha tenido la habilidad de enmascararlo para dar gato por liebre. En apenas un par de secuencias y una reflexión final intenta darle la vuelta a todo lo que nos ha contado durante las cuatro horas que dura esta versión reducida de su ensayo sobre las perversiones sexuales. Porque así es como considera este señor las distintas variaciones sobre el sexo y el placer carnal, como desviaciones y enfermedades crónicas, sino directamente pecados. En esta segunda parte incluso dedica una buena porción de metraje a un sádico profesional que maltrata a mujeres burguesas y melancólicas que lo buscan para experimentar sensaciones fuertes. Retrata a una protagonista irresponsable, incapaz de asumir si quiera sus obligaciones como madre y esposa; la somete al sacramento de la confesión a través de ese largo parlamento que mantiene con su salvador, una suerte de erudito asexual que permite al director introducir en el guión toda clase de pedanterías seudoculturales, desde las estatuas griegas a Beethoven pasando por fórmulas matemáticas y pintura sacra; y finalmente la redime, en un ejercicio de tradición norteña en línea con Dreyer, convirtiendo el tormento del sexo en una experiencia religiosa. Eso sin contar los caprichosos cambios de intérpretes para dar vida a los mismos personajes, aunque no se parezcan en nada. Trier no aclara si la enfermedad es la adicción o el sexo, pero su heroína es una enferma y otra de las mujeres atormentadas que se sacrifican por el hombre y con las que muchos le confunden con un feminista. De Emmanuelle y Salón Kitty a esto, vamos para atrás, como los cangrejos.

3 comentarios:

  1. Me sigue pareciendo una tremenda obra maestra, una película casi redonda en la que no veo por ninguna parte ni misoginia ni condena. Es el retrato de una enferma mental, no de otra manera está catalogada la ninfomanía. "Shame" era igualmente el dibujo de otra personalidad problemática que aboca su vida al desastre por su pulsión irrefrenable de tener sexo, sólo que narrada de manera mucho más torpe y visualmente incomparable con "Nymphomaniac". Tampoco creo que Trier redima a ese caleidoscópico personaje que es Joe, simplemente cuenta su historia. Otra cosa serán los derroteros que tome su vida al día siguiente. Sea como fuere, encantado de leerte.

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  2. Por favor, pueden decirme como se titula la canción que suena en la escena en la que ella quema un coche. Es en el volumen 2. Muchas gracias

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  3. Es un clásico de Talking Heads de los años ochenta que se llama "Burning Down the House". Gracias por leer el blog y un abrazo

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