domingo, 26 de marzo de 2017

REDENCIÓN Cansino intento de reinventar el género pugilístico

Título original; Southpaw
USA 2015 124 min.
Dirección Anthony Fuqua Guión Kurt Sutter Fotografía Mauro Fiore Música James Horner Intérpretes Jake Gyllenhaal, Forest Whitaker, Rachel McAdams, Ona Lawrence, Victor Ortiz, Naomie Harris, Curtis ’50 Cent’ Jackson, Dominic Colón, Skylan Brooks, Miguel Gómez Estreno en Estados Unidos 24 julio 2015; en España 24 marzo 2017

Con casi dos años de retraso se estrena la penúltima película del director de Día de entrenamiento (lleva quince años publicitándose como el realizador de esa violenta película que le reportó a Denzel Washington su segundo Oscar); la última ha sido el remake de Los siete magníficos, lo que unido a una serie de olvidables títulos producidos con anterioridad, dan idea del talento de Antoine Fuqua, más bien discreto. Esta cinta de boxeo empieza donde otras acaban, con un combate triunfal y una vida familiar y laboral llena de felicidad y esperanza (el protagonista se llama así, Hope). Después un giro dramático pasará factura al protagonista y derivará hacia un via crucis en el que todo deberá empezar de nuevo, recuperando así la estructura narrativa habitual en este tipo de películas. Tenemos al héroe irredento y hundido en su propia miseria, un personaje al que Gyllenhaal da vida con mucho interés y entrega, apartándolo en su justa medida del arquetipo en este tipo de historias sobre boxeadores, aunque eso no le librará de seguir las pautas tradicionales en el combate final, esta vez con fundamento personal, como si así se quisiera reinventar el género. Su hija, una niña con un sentido de la responsabilidad y un halo trágico más propio de adultos que de alguien de su edad; ya se sabe, niños americanos. Y un entrenador, incorporado con profesionalidad por Forest Whitaker, que responde a todos los arquetipos: buen tipo pero amargado y de vuelta de todo. Un montaje gastado y apresurado que apenas permite fijarse en los detalles y deja en manos de las frases lapidarias el progreso narrativo, y una dialéctica cansina y alborotada de la violencia, conducen a un espectáculo en el que lo que más merece la pena es la interpretación de un actor que aún no ha recibido el reconocimiento que merece. Nuestros distribuidores han optado por redimir al protagonista en lugar de referirse al golpe zurdo del título original. La música de James Horner planea discretamente durante todo el largo recorrido de la cinta, mientras la cinta se dedica a su memoria, ya que falleció apenas un mes antes de estrenarse.

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