miércoles, 13 de junio de 2018

ADA PÉREZ Y TIM VELDMAN: COMPETENTES Y COMPENETRADOS

XXIX Festival de Primavera de Juventudes Musicales de Sevilla. Ada Pérez, traverso. Tim Veldman, clave y flauta de pico. Programa: Obras de Fontana, Corelli, Bousset, Blavet, Paisible, Buxtehude, Finger, Parcham, Purcell, Froberger y Marais. Salón de Carteles de la Real Plaza de Toros de Sevilla, martes 12 de junio de 2018

El Festival de Primavera de Juventudes Musicales, habitualmente ligado a la música romántica, se ha abierto particularmente este año a la música antigua. Tras el concierto de inauguración a cargo de Mariví Blasco y Juan Carlos Rivera, el barroco encontró de nuevo hueco con la aportación de la flautista española Ada Pérez y el clavecinista holandés Tim Veldman, que se conocieron en Utrecht y emprendieron juntos una carrera artística centrada en el repertorio de los siglos XVII y XVIII. Como si de los protagonistas de su propuesta se tratara, aquellos hijos pródigos de la época que buscaban ampliar sus conocimientos, experiencias y placeres más allá del hogar familiar, también ellos, jóvenes e ilusionados, se han lanzado a un periplo de descubrimiento, aprendizaje e interpretación a lo largo y ancho del continente.

Quizás por enmarcarse la propuesta también en la celebración del cuatrocientos cumpleaños de Murillo, se comenzó a principios del siglo XVII, coincidiendo con su nacimiento, de la mano de una sonata de Giovanni Battista Fontana extraída de uno de los primeros libros que se conocen en el género, y cuyo virtuosismo sirvió para ir calentando motores y lograr servir de manera más que competente una compleja sonata de Corelli cuyos pasajes más agitados evidenciaron la capacidad de modulación y el fraseo fluido de Pérez, a la vez que el dominio técnico de Veldman al teclado. En solitario el holandés desplegó musicalidad, buen gusto, sentido del ritmo y virtuosismo a raudales en una tocata y fuga de Buxtehude, no obstante contenida y elegante, que sirvió como preludio a una chacona del compositor moravo Godfrey Finger, ya con Pérez de nuevo a la flauta travesera, defendida con sentido de la mesura y considerable sensibilidad.

El teclista encontró también el tono justo, melancólico y arrebatado sólo en su justa medida en la Suite XXX de Froberger, cuyas particulares circunstancias de composición relató en un esmerado castellano y con saludable sentido del humor. El polifacético clavecinista dio también muestras de control en la flauta de pico, tocando a dúo una delicada pieza vocal de Jean-Baptiste de Bousset, Pourquoi doux Rossignols dans se sombre séjour, adaptada por Michel Blavet para dos flautas, única obra en la que se apreció cierta falta de sintonía, mientras en una Suite de Batalla Inglesa con obras de Purcell y Paisible (o Peasable) entre otros, brillaron al unísono logrando transportarnos a un consistente y heroico ambiente de preparación para la conflagración. El recorrido finalizó con una impecable y extenuante interpretación de Folies d’Espagne de Marin Marais, en la que Pérez se empleó a fondo para sustituir con el traverso los enmarañados compases de la viola da gamba, siempre con el acompañamiento atento y competente del singular Veldman y sus inquietantes miradas fuera de campo.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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