miércoles, 31 de julio de 2019

YO, MI MUJER Y MI MUJER MUERTA ¿Qué ocurrió entre mi mujer y Marbella?

España-Argentina 2019 93 min.
Dirección Santi Amodeo Guion Santi Amodeo y Rafael Cobos Fotografía Leonardo Hermo Música Enrique de Justo y Miguel Rivera Intérpretes Óscar Martínez, Carlos Areces, Ingrid García Jonsson, Malena Solda, Cris Nollet, José Luis Adserías Estreno en el Festival de Málaga y en Argentina 21 marzo 2019; en España 26 julio 2019

Habiendo debutado en el cine juntos, con el corto Bancos y el largo El factor Pilgrim, las carreras de Alberto Rodríguez y Santi Amodeo han corrido suertes muy distintas. Mientras el primero ha contado con el favor del público y la crítica, que no ha dudado en encumbrar su estilo voluptuoso y grandilocuente, el segundo ha ocupado un lugar muy discreto en el gusto de unos y otros, a veces muy merecido como en el caso de ¿Quién mató a Bambi?. Pero lo cierto es que salvo esta desdeñable cinta, el resto de su filmografía ha ofrecido resultados tan estimulantes como Astronautas o Cabeza de perro, poseedoras de un lenguaje moderno y personal para contar historias cerca del surrealismo pero también del corazón. En esta ocasión se sitúa a medio camino entre éstas y su última y más aseada y convencional producción, la olvidable Bambi referida, más cerca afortunadamente de las primeras que de ésta. Amodeo echa mano de ese estilo visual y narrativo que le diera voz propia en aquellas dos primeras películas en solitario, pero limándolo para encontrar convergencia con un lenguaje más comercial y asequible a un mayor porcentaje de público.
 
Partiendo de una línea argumental que bien podría recordarnos a ese clásico de Billy Wilder titulado Avanti! y aquí traducido como ¿Qué ocurrió entre tu padre y mi madre?, donde Jack Lemmon viajaba a Italia para recoger el cuerpo de su padre, fallecido en accidente de tráfico, solo para descubrir cosas de su progenitor que desconocía, aquí un impagable Óscar Martínez, premiado en el último Festival de Málaga, viaja desde Buenos Aires para cumplir el deseo de su esposa fallecida de esparcir sus cenizas en la costa marbellí, donde parece disfrutó de sorprendentes vacaciones, un particular que será el objeto de descubrimiento en esta veraniega película. Amodeo sitúa su comedia dramática en las antípodas del género tal como se cultiva en nuestro país. Aquí no hay estridencias, astracanadas ni chabacanería al uso; en su lugar practica un estilo más sofisticado y elegante, con las dosis de humor justas concentradas en una serie de situaciones cuando menos curiosas, y en personajes simpáticos como el de Areces y amables como el de Jonsson. Todo ello en unas relajadas localizaciones, un Puerto Banús recreado entre Sevilla (el Real Club de Golf o el restaurante Malaspina en el Muelle de las Delicias son perceptibles), Sotogrande y la propia Marbella, previo preludio en un Buenos Aires de interior y cementerio.
 
En el centro de la dramaturgia subyace un sencillo análisis de la aceptación, bien sea de la ausencia, del dolor o la infidelidad, con soluciones formales tan felices como la proyección de recuerdos en paredes, suelos y sábanas de la casa familiar. Un proceso de catarsis que llevará a un arquitecto procedente del país del psicoanálisis a reírse de esta disciplina académica en el nuestro, mientras a su alrededor personajes que procuran esforzadamente salirse del estereotipo componen un paisaje humano y espiritual pausado y relajado que no choca con la comicidad precisa y calculada de este nuevo film del director sevillano. No obstante en el camino quedan algunos flecos sueltos que hacen preguntarse si eran necesarios incluirlos en el guion, escrito por cierto con la ayuda del colaborador habitual de Rodríguez, Rafael Cobos, como es el caso de las motivaciones de los personajes de Areces y Jonsson o las lesiones sufridas por un protagonista cuyo viaje físico y sentimental no solo no llegará a transformarlo profundamente sino que le reafirmará en su elección de vida.

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