martes, 20 de agosto de 2019

ÉRASE UNA VEZ EN... HOLLYWOOD Emocionante fábula cinéfila

Título original: Once Upon a Time in... Hollywood
USA 2019 165 min.
Guion y dirección Quentin Tarantino Fotografía Robert Richardson Intérpretes Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirsch, Margaret Qualley, Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Dakota Fanning, Damian Lewis, Luke Perry, Lorenza Izzo, Michael Madsen, Scoot McNairy, James Remar, Julia Butters, Austin Butler, Mike Moh, Nicholas Hammond, Rafal Zawierucha, Damon Herriman, Brenda Vaccaro Estreno en el Festival de Cannes 21 mayo 2019; en Estados Unidos 26 julio 2019; en España 15 agosto 2019

Puede que la película número nueve de Tarantino, como viene anunciándose, no sea la mejor ni la más sorprendente de su filmografía, pero no cabe duda de que es todo un festín, un entretenimiento sobresaliente y una gozada para quienes amamos el cine popular, y más concretamente el Hollywood clásico, aunque sea en época de crisis como la que retrata su nueva cinta. Es discutible por otro lado que éste sea su noveno trabajo como director de largometrajes; quien así lo decidió obvió su ópera prima, la desconocida My Best Friend’s Birthday, así como su episodio del programa doble Grindhouse, Death Proof, cuyo otro título, firmado por su amigo Robert Rodríguez, fue Planet Terror. Además no cabe apreciar el cine de Tarantino sin otros títulos cruciales en su filmografía, como el episodio The Man from Hollywood de Four Rooms, o sus guiones para Amor a quemarropa, Asesinos natos y Abierto hasta el amanecer, donde además aparecía como protagonista junto a George Clooney.
 
De cualquier modo lo que depara este nuevo título es una declaración definitiva de amor al cine que le vio crecer e hizo de él probablemente el director más cinéfilo de cuantos ocupan hoy las pantallas de todo el mundo. Con un reparto inabarcable en el que, cómo no, abundan los nombres recuperados, como una inapreciable Brenda Vaccaro o el protagonista de The Warriors, James Remar, y una puesta en escena que no escatima en recursos, decorados y alardes técnicos, Tarantino ofrece más que una crónica de ese Hollywood vetusto que despedía una era de supuesta inocencia y abrazaba los nuevos tiempos más transgresores y polémicos, una fábula sobre la capacidad del cine para crear ilusión y aliviar nuestros temores y pesadillas más recurrentes.
 
Tomando como base uno de los acontecimientos criminales que más nos han conmovido desde siempre, el asesinato de Sharon Tate, entonces prometedora actriz casada con Roman Polanski, y sus invitados a manos de la Familia Manson, una banda de hippies que ya tuvieron en los setenta una serie de televisión, Helter Skelter, el film sigue fundamentalmente las andanzas de un par de amigos dedicados al cine, una medio estrella de la televisión en busca de su espacio en un sistema cambiante, y el especialista que le sirve de doble en las secuencias de acción. Aunque Tarantino confiesa haberse basado principalmente en el actor Ty Hardin, con quien este Rick Dalton interpretado por DiCaprio coincide en haber protagonizado una exitosa serie western en televisión, y el especialista Hal Needham, doble de Burt Reynolds, con quien el actor mantuvo una estrecha amistad, todos estos ingredientes calzan a la perfección con Clint Eastwood y su inseparable amigo Buddy Van Horn, especialista y director de algunos de sus títulos, cuya amistad se ha remontado hasta J. Edgar. Como él, Dalton protagoniza una serie del oeste (Rawhide en el caso de Eastwood) y decide rodar en Italia y España para afianzar su carrera, antes de embarcarse en películas de aventuras con la guerra y los nazis como telón de fondo, como las que también protagoniza el ficticio Dalton aunque en su caso antes de emigrar, y que Tarantino, con su proverbial sabiduría cinéfila ha ilustrado con la música de Bernard Herrmann que Hitchock rechazó para Cortina rasgada.
 
La amistad de Rick Dalton con Cliff Booth, al que da vida Brad Pitt, parece una calcomanía de la que hemos apuntado con Van Horn. Dicho esto, Érase una vez en Hollywood (nada que ver con el título homónimo con el que en España bautizamos el documental sobre los musicales de la Metro Goldwyn Mayer That’s Entertainment!) es una fiesta permanente, plagada de buena música entre la que se ha colado el éxito de Los Bravos Bring a Little Lovin’, y salpicada de grandes secuencias, como el diálogo de Dalton con una repelente niña prodigio, el primer encuentro con la banda de Manson, o el inquietante final. Mucho se habla de la capacidad de Tarantino para generar escenas violentas, y algo menos para dejar respirar sus secuencias y sus intérpretes. Aquí afortunadamente, como ocurría en Jackie Brown, una de sus películas menos celebradas y sin embargo más simpáticas, hay mucho de lo segundo y bastante menos de lo primero. Las aportaciones de los personajes de Steve McQueen, Bruce Lee o Sam Wanamaker no tienen desperdicio y en conjunto resulta difícil pensar que alguien no se deje seducir por este canto de amor al cine, su mundo, frivolidad, grandeza y miseria, y sobre todo ilusión y emoción, como la que destila un final antológico al son de la música que Maurice Jarre compuso para el western crepuscular de John Huston El juez de la horca.

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