lunes, 19 de agosto de 2019

HISTORIAS DE MIEDO PARA CONTAR EN LA OSCURIDAD y olvidar al salir de ella

Título original: Scary Stories to Tell in the Dark
USA 2019 111 min.
Dirección André Øvredal Guion Dan Hageman, Kevin Hageman, Guillermo del Toro, John August, Marcus Dunstan y Patrick Melton, según el libro de Alvin Schwartz Fotografía Roman Osin Música Marco Beltrami y Anna Drubich Intérpretes Zoe Margaret Colletti, Michael Garza, Austin Zagur, Gabriel Rush, Natalie Ganzhorn, Austin Abrams, Gil Bellows, Dean Norris, Kathleen Pollard, Lorraine Touissaint, Javier Botet Estreno en Estados Unidos y España 9 agosto 2019

No es casualidad que los cuentos que Alvin Schwartz escribió y recopiló en tres volúmenes a lo largo de la década de los ochenta, hayan encontrado eco ahora en esta resurrección generalizada que el cine estadounidense está perpetrando del género de aventuras adolescentes que tanto se prodigó precisamente en aquella época y que ahora ha sido impulsado fundamentalmente a través de la exitosa serie de televisión Stranger Things.
 
Lo que sí resulta decididamente sorprendente es que el guion haya sido escrito entre seis, incluido su productor y principal avalista, Guillermo del Toro, considerando la pobreza extrema de su escritura, con frases de una calidad literaria paupérrima confiadas a jóvenes intérpretes de escasa o nula capacidad para empatizar o inquietar. La idea es refundir varios de estos cuentos en un argumento único que los ensamble al estilo Destino final, con una tendencia a la rutina exacerbante solo salvada por algunos momentos de ingenio creativo, generalmente relacionado con la originalidad de sus criaturas, alguna de ellas interpretada por el imprescindible Javier Botet.
 
No cabe duda de que la cinta es entretenida, pero decididamente pobre en sus planteamientos, su gramática y contenido, a pesar del buen material literario de arranque y una apuesta seria por su puesta en escena y espíritu combativo a través de la ambientación en una época tan convulsa en Estados Unidos como el final de los sesenta del siglo XX, Vietnam, el racismo y Nixon a la cabeza, paradigmas de un terror mucho más preocupante que el que presiden las monstruosas pesadillas de sus endebles protagonistas. Cabía esperar más del realizador de la inquietante aunque tampoco redonda La autopsia de Jane Doe, de origen noruego y con un puñado de películas a sus espaldas en su país, pero al menos podemos agradecerle que no abuse de efectismos ni estridencias baratas.

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