Reino Unido-USA 2016 99 min.
Dirección André Øvredal Guión Ian B. Goldberg y Richard Naing Fotografía Roman Osin Música Danny Bensi y Saunder Jurriaans Intérpretes Emile Hirsch, Brian Cox, Ophelia Lovibond, Michael McElhatton, Olwen Kelly, Jane Perry, Parker Sawyers Estreno en el Festival de Toronto 9 septiembre 2016; en Estados Unidos 21 diciembre 2016; en España 13 enero 2017
La autopsia del cadáver de una desconocida o mujer sin identidad, pues eso significa en inglés Jane Doe, se convierte en una pesadilla para los médicos forenses que la realizan, desde el momento que unos inexplicables hechos les obligan a sufrir un infierno encerrados en el sótano donde hacen su trabajo, mientras fuera se desata una incontrolable tormenta. Muchos tópicos, ¿verdad? Sin embargo empieza siendo una interesante e incluso inquietante propuesta, con misterios y muchas preguntas por resolver. El realizador noruego demuestra pericia para generar esa atmósfera turbadora en la que se desarrolla la trama, exhibiendo la más desagradable de cuantas autopsias hayamos podido presenciar en una pantalla de cine, aunque sin llegar en ningún momento a ser exactamente gore. Lástima que a mitad de metraje la trama derive hacia el género abiertamente fantástico sin que los guionistas sean capaces de dotar al conjunto de credibilidad y coherencia, mientras sus protagonistas se lanzan a hacer conjeturas sin fundamento, tan forzadas como escasamente convincentes. Sustos propios del tren de la bruja, efectos de sonido estridentes y música al uso propician un producto que inexplicablemente, y a pesar de sus muchas deficiencias, obtuvo el Premio Especial del Jurado en el Festival de Sitges.
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