miércoles, 13 de octubre de 2021

LAS LEYES DE LA FRONTERA Simpatía romántica por el rebaño

España 2021 129 min.
Dirección
Daniel Monzón Guion Daniel Monzón y Jorge Guerricaechevarría, según la novela de Javier Cercas Fotografía Carles Gusi Música Derby Motoreta’s Burrito Kachimba Intérpretes Marcos Ruiz, Begoña Vargas, Chechu Salgado, Carlos Oviedo, Xavier Martín, Daniel Ibáñez, Jorge Aparicio, Pep Tosar, Xavi Sáez, Carlos Serrano, Elisabet Casanovas, Santiago Molero, Ainhoa Santamaría, Estefanía de los Santos, Catalina Sopelana, Pep Cruz, Javier Beltrán Estreno en el Festival de San Sebastián 25 septiembre 2021; en salas 8 octubre 2021

Daniel Monzón rememora con cada película aquellos géneros cinematográficos con los que sin duda tanto disfrutó en sus años de crítico. Aventuras fantásticas y medievales en El corazón del guerrero, asaltos espectaculares en El robo más grande jamás contado, intriga y espionaje en La caja Kovak, drama carcelario en La celda 211, narcotráfico de altos vuelos en El niño, comedia coral en un crucero de lujo en la malograda Yucatán, y ahora aquel cine de delincuentes juveniles que caracterizó el cine de la transición, con José Antonio de la Loma (Perros callejeros, Yo, el Vaquilla) y Eloy de la Iglesia (El pico, Navajeros) a la cabeza. Un cine que también transitó, aunque fuera tangencialmente, Saura en Deprisa, deprisa, y que ya intentó recuperar Miguel Albadalejo en Volando voy. Todos estos títulos tienen su referencia directa o indirecta en esta ambiciosa y lograda película del director mallorquín, y quizás por eso se ambienta en esos mismos últimos años de los setenta con la democracia recién inaugurada.

Un joven, tímido y retraído estudiante, carne de acoso continuo, encuentra su lugar en el rebaño cuando conoce a una pareja de jóvenes delincuentes que le llevan naturalmente por el mal camino, pero logran paradójicamente que encuentre esa madurez y confianza en sí mismo que tanto se le negaba en su particular entorno supuestamente ordenado y feliz. Es curioso cómo a través del homenaje a un género y la reconstrucción de una época, Monzón retrata una alegoría del país en el que vivimos, de la villanía oficialmente aceptada frente a la delincuencia de supervivencia de quienes apenas encuentran eco ni lugar en una sociedad que no entienden, a la que no pertenecen y no les acepta. El principal logro de Monzón y su guionista habitual, Jorge Guerricaechevarría, también incondicional de Álex de la Iglesia, es lograr que empaticemos con estos delincuentes que tantas pesadillas protagonizaron entre la ciudadanía de bien en aquellos característicos años también protagonizados por discotecas, travoltas, hippies nórdicos y rumba catalana en una Gerona cuyo Barrio Chino apenas se diferenciaba de otros similares de entonces como la Alameda sevillana.

Una impecable puesta en escena y la frescura de sus jóvenes talentos, especialmente el trío protagonista, hacen del film un espectáculo tan disfrutable como bien hilvanado, gracias indudablemente al buen trabajo del original de Javier Cercas (Soldados de Salamina, El autor) en el que se basa, donde todo razonamiento encuentra una connotación política para hacer del argumento una experiencia coherente y convincente. El resultado es un poema generacional de raigambre romántico sobre unos jóvenes sin apenas futuro y con ansias de vivir el presente, a los que una sociedad a imagen de los poderosos negó su existencia. Solo los que encajan en el puzzle pueden salvarse.

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