domingo, 24 de julio de 2022

EL AGENTE INVISIBLE Avanza a fuerza de violencia y acción

Título original: The Gray Man
USA 2022 122 min.
Dirección
Anthony y Joe Russo Guion Joe Russo, Christopher Markus y Stephen McFeely, según la novela de Mark Greaney Fotografía Stephen F. Windom Música Henry Jackman Intérpretes Ryan Gosling, Chris Evans, Ana de Armas, Billy Bob Thornton, Regé-Jean Page, Jessica Henwick, Alfre Woodard, Dhanush, Wagner Moura, Julia Butters Estreno limitado en salas 14 julio 2022; en Internet 22 julio 2022

Tras debutar con la esperanzadora comedia Bienvenidos a Collinwood hace exactamente veinte años, y decepcionar luego con la más gamberra Yo, tú y ahora… Dupree, los hermanos Russo se entregaron a la televisión y a Marvel, dirigiendo dos episodios de Capitán América (Soldado de invierno y Civil War) y otros dos de Los vengadores (Endgame e Infinity War). Con el precedente de Cherry, también estrenada en plataformas digitales tras un breve periplo por cines, ahora intentan ponerse más serios todavía con esta delirante película de acción y violencia a raudales, sin otro objetivo ni voluntad que proponer una sucesión interminable de espectaculares secuencias de acción, de las que la devastación vienesa se lleva la palma.

Cuesta imaginar que todo este engendro provenga de una novela, cuando resulta difícil pensar en un texto que se limite a recrear un desarrollo argumental basado práctica y exclusivamente en escenas de batalla, peleas sin cuartel y acción extrema. Una trama rocambolesca que busca su pretexto en poner en tela de juicio, una vez más, los tejemanejes de la inteligencia norteamericana y sus atropellos a la política internacional, en un nuevo juego de hipocresía mediática del país. Aun vuelve a sorprender que para adaptarla y ponerla en pie hayan sido necesarios tres guionistas. De cualquier forma le película, bautizada como la más cara producida hasta el momento por Netflix, lo que no nos extraña a la vista de sus sofisticados resultados, ofrece acción y violencia de manera harto generosa, y casi solo eso.

Su lujoso reparto contribuye a dar atractivo a un espectáculo en el que lo más divertido es ver a Chris Evans metido en la piel de un villano de comedia, con bigotillo fascista incluido, al que como los personajes de tebeo todo le sale mal. Disfrutamos también viendo a Ana de Armas escalar puestos en la industria, mientras agradecemos sus múltiples localizaciones al más puro estilo James Bond. Pero nos sigue pareciendo mentira que Hollywood siga empeñada en ofrecer tanta violencia como reclamo comercial, dominando decisivamente los gustos de un público cada vez más adocenado. Claro que así se perpetúa la hegemonía de ese sistema cada vez más castrense que sostiene el todavía principal imperio global.

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