USA-Canadá 2025 135 min.
Dirección Michael Chaves Guion Ian Goldberg, Richard Naing y David Johnson Fotografía Eli Born Música Benjamin Wallfisch Intérpretes Patrick Wilson, Vera Farmiga, Mia Tomlinson, Ben Hardy, Steve Coulter, Elliot Cowan, Rebecca Calder, Kila Lord Cassidy, Beau Gadsdon, Madison Lawlor, Orion Smith Estreno en Estados Unidos y España 5 septiembre 2025
Este último rito ha sido vendido como el final de la saga, aunque sus spin-off y secuelas, Annabelle, La monja, La llorona, aseguran la continuación de las andanzas del matrimonio formado por Lorraine y Ed Warren, sin obviar que el más de un millar de casos que dicen sus protagonistas haber resuelto permitirá en un futuro quizás nada lejano retomar la saga. Lo cierto es que esta cuarta entrega de El conjuro, aquí traducido como Expediente Warren, mantiene las constantes de sus predecesoras, apenas superadas por la anterior entrega, Obligado por el demonio. Su director, consagrado exclusivamente a estos títulos desde que debutara con La llorona, apenas logra mantener el ritmo o la tensión. Algo debe fallar definitivamente si la escena que más nos atrapa es de carácter sentimental, cuando el novio de la hija de los Warren les solicita consentimiento para pedirle matrimonio. Por lo demás, demasiada religión nos provoca también tedio.
Quizás resulte demasiado ingenuo pretender seguir provocando miedo con demonios y espíritus malignos, cuando el verdadero terror acecha ahí fuera de la mano de mandatarios elegidos democráticamente, exhibiendo un total y absoluto desprecio por la vida ajena, en nombre de una ambición desmedida que choca frontalmente con lo efímero de nuestra existencia, aunque algunos ya propugnen la vida eterna o, al menos, ciento cincuenta años de media. ¡Eso sí que da miedo! Lo demás, risa. Pero esta franquicia se lo toma tan en serio que insiste en emular aquel cine de terror elegante que represntaran cintas como La profecía, El exorcista o Historia macabra. Eran otros tiempos, y la humanidad, un poco más inocente. Este presunto último capítulo se alarga en exceso, a pesar de no tener mucho que contar. Y lo hace a fuerza de episodios supuestamente creativos, algo inconexos y nada consecuentes con la posible realidad de los hechos narrados, que si lo fueron, seguro que se manifestaron de forma más dudosa y humilde.
Un episodio de juventud de la pareja, justo cuando iba a nacer una hija de la que no recordamos tener constancia en los capítulos anteriores, se conecta por arte de magia con el horror que sufre una familia de clase humilde en el hogar que no se pueden permitir abandonar, aunque sus salvadores sí se permitan destruir. En aquel episodio extraña ver que se haya prescindido del rejuvenecimiento artificial, y se haya optado por otros intérpretes de parecido más o menos razonable. En definitiva, persiste la buena dirección artística, una atmósfera identitaria y el empeño de sus protagonistas, pero para contar poca cosa, hacerlo en un excesivo metraje, y aburrir sin sorprender. Relevando a Joseph Bishara, el más interesante Benjamin Wallfisch aporta un hermoso tema musical al personaje de Judy, la hija de los Warren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario