martes, 6 de septiembre de 2011

COWBOYS & ALIENS Mezcla insulsa de laboratorio

USA 2011 118 min.
Dirección Jon Favreau Guión Alex Kurtzman, Roberto Orci, Hawk Ostby, Damon Lindelof y Mark Fergus, según la obra gráfica de Scott Mitchell Rosenberg Fotografía Matthew Libatique Música Harry Gregson-Williams Intérpretes Daniel Craig, Harrison Ford, Olivia Wilde, Sam Rockwell, Clancy Brown, Keith Carradine, Noah Ringer, Adam Beach, Paul Dano, Abigail Spencer, Keith Carradine
Estreno en España 2 septiembre 2011

Mucho más original la premisa sobre la que se construye esta, en principio, extravagancia fantástica, que el pobre y lamentable desarrollo argumental al que se le somete. Parece mentira que se hayan necesitado cinco guionistas para articularla, que se hayan prestado a interpretarla nombres tan ilustres como los que forman su reparto, incluido un recuperado Keith Carradine (muy atrás quedaron los tiempos de Robert Altman y Alan Rudolph), y que hayan apostado por ella, en calidad de productores, cineastas como Steven Spielberg y Ron Howard. Sencillamente porque esto es un bodrio descomunal que justifica por sí solo el fracaso estrepitoso que ha sufrido en la taquilla norteamericana y que parece estar repitiéndose en el mercado europeo. Tras unos primeros veinte minutos estimables, aunque sólo sea por la sucesión de clichés y estereotipos propios del western, tan familiares a nuestras retinas y oídos, el resto va degradándose hacia un sinsentido anodino, sin interés ni gracia. La mezcla de cine del Oeste e invasiones alienígenas no ha sido aprovechada por un director sin garra ni talento, el mismo que ha perpetrado las dos partes de ese engendro que se llama Iron Man. De nuevo los extraterrestres son bichos nauseabundos, bestias infames a las que nadie podría imaginar como ingenieros aeronáuticos tan avanzados y sofisticados. Los personajes son acartonados, mención especial para el de la chica, interpretada por Olivia Wilde con tan poca convicción como el resto del equipo. Y es que tal como está planteado esto no puede interesar ni al más básico o básica de los espectadores. Para colmo sobrevuela por todo el metraje una especie de mensaje místico, en el que la redención, la absolución (así se llama precisamente el pueblo en el que se desarrolla la tramita) y los demonios tienen un protagonismo irritante. En una cartelera tan alimentada como la de este verano, esta película se lleva la palma del mayor sinsentido y la más alarmante mediocridad.


"Jake Lonergan" es el tema al más puro estilo country con el que se inicia la película y el compacto de la banda sonora de la película, compuesta por Harry Gregson-Williams

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