martes, 22 de abril de 2014

20º ANIVERSARIO OJA: UN BRILLANTE EXPEDIENTE ACADÉMICO

Concierto del 20º Aniversario de la Orquesta Joven de Andalucía. Óscar Martín, piano. Santiago Serrate, director. Programa: Obertura para un festival académico y Sinfonía nº 4 Op.98 de Brahms; Concierto para piano nº 2 S.125 de Liszt. Teatro de la Maestranza, lunes 21 de abril de 2014

Halffter dirigiendo a la OJA en la Novena de Mahler
hace justo un año
En los veinte años transcurridos desde el arranque de la Orquesta Joven de Andalucía, varios han sido los proyectos y orquestas que se han ido sumando a esta iniciativa, complementándola y enriqueciéndola. Hoy muchos jóvenes andaluces tienen acceso a la práctica a través de estas formaciones, como constató la presencia en el teatro y en el esmerado video introductorio de varios de los directores que trabajan aquí con jóvenes, como Juan García (Sinfónica Conjunta), Valentín Sánchez (Joven Barroca) o Michael Thomas (Bética de Cámara), cuyo esfuerzo y dedicación fue fundamental durante largo tiempo para dar forma al conjunto homenajeado el lunes.
 
Pero el alborozo que hoy provoca el grado de excelencia alcanzado en estas dos décadas en los que se ha invertido en cultura y educación, se puede convertir en decepción dentro de otros veinte años, cuando germine la falta de apoyo y recursos actuales. La responsabilidad, el esfuerzo, el trabajo en equipo y la ilusión exhibida sobre los atriles demuestran que si no apostamos por la cultura nuestra civilización está condenada a fenecer. Muy oportuna por lo tanto la introducción de este concierto conmemorativo con la Obertura Académica de Brahms, que culmina con esa exultante declaración de principios que es Gaudemus igitur; pieza que sin embargo el conjunto desgranó con cierta destemplanza en comparación con el resto del programa.

El pianista sevillano Óscar Martín
En el Concierto de Liszt, de estilo rapsódico entre el recital pianístico y el poema sinfónico cultivados por su autor, Óscar Martín volvió a brillar como solista, con un marcado y meditado lirismo, sosegado y equilibrado, envuelto en la fuerza de una orquesta atenta a sus continuos cambios rítmicos y armónicos, destacando el sonido sedoso, flexible y emotivo del primer violonchelista. Serrate exprimió las posibilidades expresivas de la última sinfonía de Brahms, henchida de pasión romántica y tragedia épica, aunque faltó misterio en el segundo movimiento y algo más de unidad en la passacaglia final. Los metales sonaron imperiosos, luciendo todos resplandecientes en las propinas, la Danza Húngara nº 5 de Brahms y un impecable y vigoroso Preludio al Tercer Acto de Lohengrin de Wagner.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía el miércoles 23 de abril de 2014

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