sábado, 25 de octubre de 2025

FRANKENSTEIN ¿Monstruo o super héroe?

USA-México 2025 149 min.
Guion y dirección
Guillermo del Toro, según el libro de Mary Shelley Fotografía Dan Laustsen Música Alexandre Desplat Intérpretes Oscar Isaac, Jacob Elordi, Mia Goth, Christoph Waltz, Lars Mikkelsen, Felix Kammerer, Ralph Ineson, Charles Dance, David Bradley, Christian Convery Estreno en el Festival de Venecia 30 agosto 2025; en Estados Unidos 17 octubre 2025; en España 24 octubre 2025; en internet (Netflix) 7 noviembre 2025


Treinta años después de que Kenneth Branagh, auspiciado por Francis Ford Coppola y el éxito de su Drácula, presumiera de ofrecernos la versión definitiva y más fiel del relato de Mary Shelley sobre el nuevo Prometeo, Guillermo del Toro retoma para las nuevas generaciones el mito, tomándose algunas licencias, especialmente en el doble punto de vista del relato, la primera mitad desde la óptica del doctor y la segunda de la propia criatura, y sobre todo en el tratamiento físico e intelectual del monstruo, que luce más hermoso que nunca en las facciones y el imponente físico, cicatrices mediante, de Jacob Elordi (Saltburn, Priscilla y próximamente una nueva versión de Cumbres borrascosas). Pero disfruta también de una fuerza descomunal y una capacidad para cicatrizar sus heridas y regenerar sus miembros, que lo convierten directamente en una suerte de súper héroe, tema que del Toro también ha cultivado en Hellboy. Y t
odo para contar en síntesis la misma historia que incide en la inocencia con la que venimos al mundo y cómo ésta se va degenerando y pervirtiendo ante la fealdad y la maldad de cuanto nos rodea.

Del Toro pone en la empresa un gran esfuerzo estético, logrando un film disfrutable sobre todo por su majestuosa e imponente puesta en escena, aunque en el apartado de efectos visuales parezca que los logros de los últimos veinte años se hayan quedado por el camino. Sólo así se explica que los lobos luzcan tan rudimentarios a nivel digital en aspecto y movimiento. Una recreación de la época que no persigue la fidelidad sino la fantasía, con vestuario colorista e imaginativo, suntuosas estancias de estilos muy diversos y un regusto en la fotografía que al final se convierte en lo más destacado de un film que significativamente entretiene.

Oscar Isaac luce algo desmadrado como Dr. Frankestein, mientras Mia Goth aporta una fría y calculadora belleza, física e intelectual, a su personaje de Elizabeth, signo de los tiempos. El resto, Waltz y Dance sobre todo, aporta categoría, y las gélidas aguas en las que se ambientan el prólogo y el final, belleza y esa pizca de terror que la cinta no persigue, a favor de un factor poético que tampoco logra atesorar en toda su dimensión, ni siquiera con la inspirada y variada banda sonora de Desplat. El hecho de que se haya distribuido de forma limitada en salas, y no precisamente las más aventajadas, a la espera de su estreno en Netflix dentro de dos semanas, resulta un despropósito si lo que más ofrece es esa hermosura estética que merece disfrutarse en una pantalla bien grande.

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