miércoles, 16 de octubre de 2013

THÉRÈSE D. Revisión fría y académica de un clásico del cine y la literatura

Título original: Thrérèse Desqueyroux
Francia 2012 110 min.
Dirección Claude Miller Guión Claude Miller y Natalie Carter, según la novela de François Mauriac Fotografía Gérard de Battista Música Matthieu Alvado Intérpretes Audrey Tautou, Gilles Lellouche, Anaïs Demoustier, Catherine Arditi, Isabelle Sadoyan, Francis Perrin, Jean-Claude Calon, Stanley Weber
Estreno en España 20 septiembre 2013

Entre finales de los 50 y principios de los 60 el director francés Georges Franju realizó una serie memorable de películas de corte dramático y criminal en las que diseccionaba la perversión humana en un entorno aburguesado y generalmente provinciano. De ellas sobresalen las cuatro a las que puso música Maurice Jarre antes de dar el salto a Hollywood con Lawrence de Arabia. Nos referimos a La cabeza contra la pared, Los ojos sin rostro, Judex y Relato íntimo, que es como se tituló en España su adaptación del clásico del premio Nobel François Mauriac Thérèse Desqueyroux, a la que dio vida una espléndida Emmanuelle Riva, que ha conocido su punto más álgido de popularidad precisamente ahora con Amor, y le dio réplica un no menos extraordinario Philippe Noiret. Nadie hasta Claude Chabrol supo diseccionar como Franju la miseria humana en un entorno provinciano y decadente, y Claude Miller no es la excepción. Con una carrera desigual a sus espaldas, cuyo título más significativo es su adaptación de un guión de Truffaut en La pequeña ladrona (1988), Miller falleció antes de ver estrenada ésta su obra póstuma. Su caligrafía académica y detallista no sirve para ofrecer lo que la novela y la película de 1962 sí ofrecían, un estudio inquietante sobre la ambigüedad y la desintegración moral de una mujer atrapada en un mundo que le es hostil y del que pretende escapar, especialmente cuando por azar de la vida conoce el espíritu libre y rebelde del joven enamorado de su mejor amiga. Miller se limita a retratar espacios y rostros, dotando al conjunto de una línea narrativa convencional y anodina que no ayuda a generar inquietud en el espectador (Franju optó por un largo flashback que ponía al público sobreaviso de que algo terrible habría de ocurrir). No ayuda la interpretación esforzada pero inadecuada de Audrey Tautou, cuya edad se revela además aún más inapropiada, sobre todo si la comparamos con la juventud de Anaïs Demoustier, que interpreta a su amiga de toda la vida y de similar edad.

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