miércoles, 22 de noviembre de 2017

DELIA AGÚNDEZ Y LOS PURCELL DE LA MANO

Otoño Barroco 2017. Delia Agúndez, soprano. Ruth Verona, violonchelo. Manuel Minguillón, archilaúd y guitarra barroca. Laura Puerto, clave. Programa: Obras de Henry y Daniel Purcell. Espacio Turina, martes 21 de noviembre de 2017

Coincidiendo con una nueva propuesta de la Sinfónica del Aljarafe, que pone en escena el próximo domingo en el Lope de Vega Dido y Eneas de Purcell, la soprano cacereña Delia Agúndez volvió a Sevilla, esta vez con su proyecto más personal hasta la fecha. Se trata de la gira que lleva realizando desde principios de este año, presentando un disco que salió al mercado hace dos años, dedicado a los hermanos Purcell, el insigne Henry y su hermano menor Daniel, cuya música está pendiente de redescubrir. El registro de Agúndez y sus estupendos acompañantes es un peldaño firme y seguro para alcanzar ese objetivo. La soprano seleccionó de su catálogo cuatro cantatas que encadenó a obras de Henry de forma indisoluble, como si éste trajera a su hermano cogido de la mano para recordar al mundo que en la familia también emergió otro artista como consecuencia de la Restauración inglesa y la recuperación del teatro y la música como artes imprescindibles e indisolubles.

Y es que en el programa propuesto había mucha teatralidad, y en la gestualidad y la expresividad de la joven soprano, más. Por fin salió del Alcázar, donde pudimos disfrutar, y mucho, de su canto en las dos ocasiones anteriores en las que visitó Sevilla, con Raúl Mallavibarrena y el grupo Cinco Siglos, respectivamente. En el Espacio Turina su voz sonó aún más concisa, segura y definida. Su maleabilidad y brillo se mantuvieron intactas en un recital lleno de encanto, melancolía y emotividad. De una parte obras en su mayoría vocales de Henry Purcell, con el optimista She loves and she confesses too actuando a modo de bienvenida, jubiloso en manos de la cantante, modulando a discreción y con un amplio sentido del estilo y la estética de la época. Entre los momentos más emotivos, destacó su interpretación de An Evening Hymn, una oración de talante profundamente melancólico, que la soprano endulzó con un trabajo exquisito de vocalización y expresividad. El concierto, que salvo por algunas piezas instrumentales añadidas, reprodujo miméticamente el registro promocionado, se hizo fuerte con las cuatro cantatas seleccionadas de Daniel Purcell, reproduciendo idéntico esquema entre recitativos y arias, una triste, la otra alegre y desenfadada.

La extraordinaria teatralidad de Agúndez, su dominio de los acentos, una excelente capacidad para cambiar de registro y llegar sin dificultad a los extremos de su amplia tesitura, así como un encomiable control de la dicción y el fraseo, contribuyeron a encandilar con estas pequeñas piezas de carácter teatral y tema amoroso. Cada instrumentista tuvo su momento de gloria, Minguillón en una adaptación de A Ground in Gamut a cuerda pulsada, preciso y sentimental, Laura Puerto no sin cierta dificultad en la compleja Almand de la Suite nº 2, Ruth Verona extrayendo carnalidad y profunda melancolía en el Preludio en Sol menor Z773, y todos juntos brillando en una evocadora Chacona de La reina de las hadas. Como propina, Agúndez entonó con acierto y emoción Music for a While del genio inglés.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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