lunes, 28 de mayo de 2018

SWEET COUNTRY Racismo y machismo indígena

Australia 2017 112 min.
Dirección Warwick Thornton Guión Steven McGregor y David Tranter Fotografía Dylan River y Warwick Thornton Intérpretes Hamilton Morris, Bryan Brown, Sam Neill, Thomas M. Wright, Ewen Leslie, Tremayne y Trevon Doolan, Anni Finsterer, Natassia Gorey Furber, Gibson John, Matt Day Estreno en Festival de Venecia 6 septiembre 2017; en Australia 25 enero 2018; en España 25 mayo 2018

Concienciado con el pueblo aborigen al que pertenece, como ya atestiguaba su película Samson & Delilah y algunos de los documentales en los que ha trabajado, Warwick Thornton nos cuenta una historia verídica de racismo y persecución en áridos paisajes del país oceánico acaecida en el primer cuarto del siglo pasado. Con aires de western crepuscular, y un ritmo que hace recordar en cierto grado las películas de Sergio Leone, Thornton pone en imágenes la persecución que sufrió un aborigen y su esposa tras matar a un blanco en defensa propia, ante el temor de que los prejuicios racistas acaben por colgarle del cuello. De paso aprovecha para denunciar los comportamientos machistas que también afectan al pueblo sometido. Con una estructura narrativa peculiar que adelanta en píldoras algunos de los acontecimientos que habrán de producirse con posterioridad, sin que el experimento trascienda el nivel de previsión que la historia contiene de por sí, y sin que tampoco altere el grado de comprensión del conjunto por parte de un espectador medio, el realizador se vale del impacto de una escenografía imponente y del solvente trabajo del reparto protagonista, especialmente un Bryan Brown recuperado para las audiencias internacionales, tras unos ochenta marcados por la televisión (El pájaro espino) y el cine fantástico de serie B (FX Efectos mortales). Él da vida a un sargento machacado por la vida y las cicatrices que, en el crepúsculo de su vida encuentra cierto estímulo en la persecución de este aborigen en su propia tierra invadida por ingleses, lo que establece una sustancial diferencia frente a la que sufrieron los esclavos traídos de África en los Estados Unidos del western originario. El mayor mérito del film radica en suscitar interés a pesar de la previsibilidad de sus presupuestos, y su mayor desacierto radica en un final tan poco convincente y elaborado como naif y complaciente. Reconocido con el Premio Especial del Jurado en el último Festival de Venecia.

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