martes, 22 de mayo de 2018

LAS ESTRELLAS DE CINE NO MUEREN EN LIVERPOOL Crónica de un amor difícil

Título original: Film Stars Don't Die in Liverpool
Reino Unido 2017 106 min.
Dirección Paul McGuigan Guión Matt Greenhalgh, según las memorias de Peter Turner Fotografía Urszula Pontikos Música J. Ralph Intérpretes Annette Bening, Jamie Bell, Julie Walters, Stephen Graham, Leanne Best, Kenneth Cranham, Frances Barber, Vanessa Redgrave Estreno en Festival de Toronto 9 septiembre 2017; en Reino Unido 16 noviembre 2017; en España 18 mayo 2018

Gloria Grahame conoció el estrellato en la década de los cincuenta, después de unos cuarenta en los que apenas destacaron algunos trabajos, como en ¡Qué bello es vivir!, en cintas como En un lugar solitario, junto a Bogart, Los sobornados y Deseos humanos, en ambos casos junto a Glenn Ford dirigidos por Fritz Lang, el musical Oklahoma! de Fred Zinnemann, o la película que le reportó el Oscar a la mejor secundaria de 1952, Cautivos del mal de Vincente Minnelli. En los sesenta prácticamente desapareció de la gran pantalla, refugiándose en el teatro y en una vida sentimental tumultuosa que le llevó a casarse cuatro veces, tener otros tantos hijos y cultivar una larga serie de amantes. Por su parte, el joven y voluble Peter Turner fue el último de esos amantes que la mayoría de las veces le trajeron más sinsabores y desdicha que auténtica felicidad. No pareció el caso de Turner, a juzgar por esta hermosa película y las memorias del protagonista en las que se basa. La cinta de Paul McGuigan, consagrado con la serie de televisión Sherlock y responsable en el cine de películas tan intrascedentes pero relativamente populares como Wicker Park, El caso Slevin o Victor Frankenstein, ilustra los dos últimos años de vida de la mítica actriz junto al joven inglés al que conoció a finales de la era Disco cuando andaba protagonizando El zoo de cristal de Tennessee Williams en Liverpool. Ahorra la cinta detalles que hagan más comprensible la frecuencia con la que Grahame visitaba la ciudad británica, si bien con sólo algunos retazos queda bien expuesta la atracción de los protagonistas, la antigua diva y el joven bisexual deseosos de cariño y comprensión. Salpicada de personajes secundarios, desde los imprescindibles familiares del joven y estupendo Jamie Bell, con mención especial para una entrañable Julie Walters, hasta los menos justificados parientes de la actriz, con Vanessa Redgrave aportando dignidad al elenco pero con una participación como madre de la protagonista que no aporta nada al conjunto. Un total que rezuma ternura y amabilidad en torno a uno de esos amores difíciles e intensos, en clara contraposición con el más tradicional, rutinario y permanente que disfrutan los padres del joven inglés. Rodada con sobriedad y mucha elegancia - atención a los creativos saltos de tiempo - McGuigan se apunta un tanto ayudado por la soberbia recreación de Annette Bening y el magnífico trabajo del resto del elenco, logrando un producto sensible y emotivo que además invita a recuperar las estupendas películas que hicieron de la Grahame un mito erótico en la década de los cincuenta.

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