miércoles, 24 de marzo de 2021

LOS TRADUCTORES Una artificiosa intriga con diez negritos

Título original: Les traducteurs
Francia 2019 105 min.
Dirección
Régis Roinsard Guion Régis Roinsard, Daniel Presley y Romain Compingt Fotografía Guillaume Schiffman Música Jun Miyake Intérpretes Lambert Wilson, Olga Kurylenko, Riccardo Scarmacio, Sidse Babett Knudsen, Eduardo Noriega, Alex Lawther, Anna Maria Sturm, Frédéric Chau, Maria Leite, Manolis Mauromatakis, Sara Guiraudeau, Patrick Bauchau Estreno en Francia 29 enero 2020; en España 18 marzo 2021

Aunque el punto de partida resulta interesante, la artificiosidad que inunda todo el metraje hace que se trate de un film cuanto menos malogrado. Se trata de la típica intriga a lo Agatha Christie aprovechada en un guion que paradójicamente no se basa en ninguna novela previa aunque pueda parecer justamente lo contrario. Y es que se ambienta en el mundo de las editoriales, como una especie de crítica velada a la ferocidad con la que actualmente se publican best sellers en las grandes corporaciones del gremio, especialmente sagas, la mayoría de las veces de poca enjundia literaria pero mucha aceptación popular.

En este contexto varios traductores y traductoras de todo el Mundo son convocados para encerrarse en un búnker y comprometerse a no desvelar ningún contenido de la novela sobre la que han de trabajar, con el fin de evitar la piratería. En el momento en que esto se incumple, se trata de averiguar quién y cómo lo ha hecho, lo que debiera dar lugar a una intriga mucho más absorbente e ingeniosa de la que finalmente obtenemos, sostenida en disparates sin tregua ni justificación. Desde el momento en que el director, de quien aquí apenas hemos visto la comedia romántica Populaire, no saca provecho alguno de su multinacional reparto, algunos de cuyos personajes quedan absolutamente desdibujados, mientras otros apenas con plausibles y muchas veces hasta histriónicos, la cinta naufraga estrepitosamente.

A eso hay que añadir su vocación trascendental y ambiciosa, tampoco buenos aliados de un entretenimiento que solo debiera resultar inquietante e ingenioso. Al final queda meramente como un divertimento lujoso y de buena factura en la que debemos incluir la atractiva banda sonora de Jun Miyake.

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