martes, 6 de junio de 2023

IZIK-DZURKO CON TODA LA ARTILLERÍA

XXXIII Festival de Primavera de Juventudes Musicales de Sevilla. Jaeden Izik-Dzurko, piano. Programa: 2 Momentos musicales D. 780, de Schubert; 2 Mazurkas Op. 40 y Sonata nº 4 en fa sostenido menor Op. 30, de Scriabin; Scherzo nº 3 en do sostenido menor Op. 30, de Chopin; Sonata nº 1 en fa sostenido menor Op. 11, de Schumann. Salón de los Carteles de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, lunes 5 de junio de 2023


Para arrancar su trigésimo tercer Festival de Primavera, Juventudes Musicales de Sevilla regresó a su emplazamiento habitual, el Salón de Carteles de la Maestranza, donde para alimentar el tópico se emplazó al joven canadiense Jaeden Izik-Dzurko, ganador de varios premios internacionales de gran prestigio, entre ellos el Paloma O’Shea del Festival de Santander del pasado año, donde también se hizo con los premios del público y el de mejor intérprete de música de cámara. Después de esta experiencia sevillana siempre nos asociará con los toros, como hacen en el parque Mini Europa junto al Atomium de Bruselas, donde España está representada por El Escorial, la Catedral de Santiago, las protestas independentistas de Cataluña y la Maestranza de Sevilla, olés incluidos. Es lo que tienen los espacios emblemáticos con encanto, aunque para ello se tenga que sacrificar la visibilidad y el sonido fluya con más amabilidad conforme nos alejemos del escenario, por lo que la combinación imagen y sonido apenas funciona.

El joven pianista de veintitrés años acudió a la cita con un programa muy bien aprendido (tocó de memoria de principio a fin), fruto de un enorme esfuerzo y dedicación, en el que primaron los tonos románticos y apasionados que su rotunda vehemencia al teclado convirtieron en dechado de energía y dinamismo casi acrobático. Nada pues que reprocharle a nivel técnico, impecable y sin fisura alguna. Pero en el apartado expresivo, su pianismo se resintió de esa tendencia al forte que caracterizó toda la velada y que se tradujo en una experiencia decibélica de enorme calado. Así, atacó el Momento musical nº 1 de Schubert que le sirvió de introducción con algo menos de la delicadeza que se presupone, pero con una digitación clara y precisa que se mantendría durante toda la exhibición, haciendo además acopio de una rica gama de colores, lo que se repitió en el célebre número 3 con un control absoluto del ritmo y la ornamentación. Las brevísimas Mazurkas 1 y 2 Op. 40 de Scriabin funcionaron como introducción a su Sonata nº 4, formando un bloque sólido y expresivamente justificado. Sin ser de las más atrevidas de sus seis sonatas, la Op, 30 marca ya un universo expresivo intenso y febril que Izik-Dzurko logró traducir con enorme vitalidad, aunque echáramos en falta algo más de swing en su Prestissimo volando. El espléndido Yamaha acusó algunas vibraciones en los acordes finales de algún que otro pasaje, sin que volvieran a asomar el resto del concierto.

No faltó ese toque de grandeza que caracteriza al Scherzo nº 3 que Chopin compuso entre Valldemossa y París, pero sí algo más de ironía y tensión. El artista prefirió clarificar sus aristadas líneas melódicas con evidente ferocidad a mostrar algo más de delicadeza y cantabilidad en sus pasajes más líricos. Y así llegó a la pieza cumbre del programa, la Sonata nº 1 de Schumann, prodigio de contrastes y espíritu atormentado que el joven desgranó con una considerable dosis de reflexión y sabiduría. Su enorme intensidad emocional encontró ahora sí un magnífico médium capaz de plasmar el carácter atormentado de la pieza en conjugación con sus pasajes más ensoñadores y refinados, mostrando un enorme desenfreno sin traicionar el espíritu enigmático que la informa y sin acusar en ningún momento las temidas estridencias que pueden acompañar al puro apasionamiento. De nuevo con Scriabin en la propina, Izik-Dzurko mostró una mayor dosis de lirismo y delicadeza con su Poema Op. 32 nº 1, por lo que no cabe duda de que tiene una brillante carrera por delante y sabrá limar algunas de las asperezas apuntadas hasta alcanzar el deseable equilibrio entre técnica y expresividad. Las citas con Juventudes Musicales continúan hoy con el Trío Schumann abordando a Schubert y Brahms, y la semana que viene con Molina & Uchi Piano Duo sumergidos en el romanticismo y el impresionismo, así como José Mª Gallardo del Rey desplegando su maestría a la guitarra.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

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