lunes, 16 de septiembre de 2024

LA ABUELA Y EL FORASTERO Con buenas pero contradictorias intenciones

Título original: L’àvia i el foraster
España 2024 116 min.
Dirección
Sergi Miralles Guion Mila Luengo, Sergi Miralles y María Mínguez Fotografía Víctor Entrecanales Música Jorge Tórtel y Jordi Sapena Intérpretes Carles Francino, Neus Agulló, Kandarp Mehta, María Maroto, Isabel Rocatti, Jordi Bataller, Empar Ferrer, Aïda Ballmann Estreno en Fic-Cat (Festival Internacional de Cinema en Català) 7 junio 2024; en salas 13 septiembre 2024

Con todas las buenas intenciones imaginables y adoptando un tono general de moderno cuento casi infantil, el director levantino Sergi Miralles debuta en la dirección de largometrajes con esta tragicomedia costumbrista que mira a la fuga de cerebros y la España vaciada para tejer un canto a la integración y la diversidad de raza y cultura que más enriquece que amenaza. Una trama que en cierto modo puede recordar a Una vez más de Guillermo Rojas, da pie a otras que se entrecruzan jugando a dos tiempos, para centrar su mayor atención en la peripecia sentimental entre una anciana modista y un inmigrante paquistaní de pasado glorioso frustrado por las inclemencias políticas de su país. Todo bien, aunque el tono sea excesivamente cándido e ingenuo, y su epílogo se dilate innecesariamente potenciando su carácter ñoño. Sirve además para mostrar esa España rural, siempre llamada a desaparecer, entre tiendas de ultramarinos, campos de naranjas, mercerías, fiestas locales y habladurías varias.

Rechina sin embargo la cantidad de pobladores y pobladoras que se mantienen en el lugar, a pesar de la escasez de oportunidades y el presunto retraso que exhibe. Pero sobre todo desluce la cantidad de personajes femeninos con connotaciones negativas, seguramente involuntarias, frente a la escasez de masculinos, y sin embargo tratados con mayor positivismo. Así tenemos una abuela aunque bondadosa algo antipática, una madre interesada y en cierto modo egoísta, una esposa exigente y celosa, una ex novia entrometida y seductora, una vecina mal de la cabeza y otra directamente enrevesada y pérfida, frente a un inmigrante todo amabilidad, un comerciante emprendedor y moderno y un protagonista sometido al único desarrollo y evolución que plantea la trama, capaz de resolver sus decisiones con madurez y sentido de la reflexión.

Seguramente nada de esto fue intencionado, pero está tan anclado en nuestro acervo popular que a la mayoría resulta realmente difícil superarlo y ser consciente de su propia contradicción. En el apartado narrativo, todo resulta muy básico a nivel visual y gramático, si bien cuenta con competentes interpretaciones de un elenco coral encabezado por Carles Francino, hijo del popular periodista y presentador, hasta ahora más conocido en la pequeña pantalla que en ésta donde por fin interviene como protagonista.

domingo, 15 de septiembre de 2024

EVOCACIONES DE KUMPANIA EN EL ALCÁZAR

XXV Noches en los Jardines del Real Alcázar. Manu Brazo, saxofón. Pepe Fernández, piano. Claudia Gallardo,violín. Rosa Gª Varela, violonchelo. Programa: Una historia de España (piezas de Tomás Luis de Victoria, Juan Vásquez, Soutullo y Vert, Amadeo Vives, Albéniz y Falla). Sábado 14 de septiembre de 2024

Foto: Luis Pascual
Como cada año, septiembre es mes de arranques y cierres, y ayer sábado le tocó el turno a las Noches del Alcázar, que cerró un verano plagado de conciertos al aire libre, hasta setenta y cinco que prácticamente han llenado de público y de buena música el Jardín del Cenador de la Alcoba. El privilegio de cerrar estos tres meses de cálidos encuentros lo han tenido los y las jóvenes integrantes del conjunto Kumpania, los utreranos Manu Brazo y Pepe Fernández, bien conocidos de estas páginas, donde siempre nos hemos hecho eco de su buen hacer y su elegante estilo, y las habituales colaboradoras de sus proyectos, como son Rosa García Varela y Claudia Gallardo, esta última además responsable si no de todos, la mayoría de arreglos a los que someten sus partituras para adaptarlas a la singular composición de su propuesta.

Todos y todas han brillado en otras ocasiones, a dúo, en tríos o en solitario, y volvieron a hacerlo anoche en un concierto tan amable como distendido, ideal para cerrar como merecen estas noches estivales que ahora dan paso a la programación habitual de nuestra ciudad. El programa diseñado para la ocasión nos invitó a recorrer la fuerza de la música española desde el Renacimiento hasta principios del siglo XX, con una pieza por siglo, y siempre con el respeto preciso que permite una formación en la que se integra un instrumento tan poco adecuado para dicho repertorio como el saxo, y sin embargo tan bien integrado en estas primorosas adaptaciones de Gallardo, a la sazón violinista del conjunto.

Libres de todo prejuicio, el recorrido arrancó con Tomás Luis de Victoria y su motete O Magnum misterium, convertido para la ocasión en pieza de corte espiritual y relajado que nos evocó a aquellas películas, especialmente de los primeros setenta, que ilustraban la época a partir de sus raíces musicales pero adaptándolas a la sensibilidad del público contemporáneo. Así lo hicieron compositores como Georges Delerue o Ennio Morricone, y así lo sentimos en la resplandeciente recreación que con una complicidad absoluta extrajeron los y las cuatro intérpretes.

Foto: Actidea

La popularidad de De los álamos vengo, madre de Juan Vásquez, es tanta que admite todo tipo de versiones, por lo que la ofrecida por Kumpania no nos pareció ni estridente ni especialmente estimulante, simplemente correcta. Más interesante sin embargo resultó su particular visión de La música nocturna de las calles de Madrid de Boccherini, con especial énfasis en la percusión ejercida por Pepe Fernández a partir del piano intervenido, rasgueo de guitarra incluido. Con sus numerosas y populares melodías alternadas entre las cuatro voces, el resultado fue tan aseado como afortunado.

De la misma forma brilló Bella enamorada, de la zarzuela El último romántico de Soutullo y Vert, con intervenciones sedosas, fluidas y seguras de Varela al chelo, ideal para homenajear a Alfredo Kraus, cuando se cumplen veinticinco años de su desaparición. Muy trabajado a nivel de re-orquestación y adaptación, resultó la selección en forma de suite ofrecida de Bohemios de Amadeo Vives. Especialmente inspirado sonó su famoso vals.

Pero lo más emotivo y sentimental llegó de la mano de Albéniz y su Evocación de la suite Iberia. Aquí lucieron fundamentalmente las formas relajadas y reflexivas de Fernández, arropadas en sostenido por el resto, y con especial hincapié en el tono nostálgico y evocador, valga la redundancia, de una pieza que así interpretada es capaz de despertar nuestra emoción más sincera.

No tanto brilló Granada, de la Suite española del mismo autor, aunque debido a su popularidad y bella melodía, hizo las delicias del público. Para terminar el programa, una selección con los motivos más recordados de El sombrero de tres picos, coronó la elegancia y la delicadeza, sin estridencias ni fueras de tono, del conjunto, que terminó con otra acertada evocación, la del también utrerano Bambino y su célebre versión rumbera de Procuro olvidarte, donde Fernández demostró dominar también el son cubano jazzístico, y Brazo por supuesto su control del fraseo y la respiración, así como buen gusto al modular.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

JUSTICIA ARTIFICIAL Debate desaprovechado

España-Portugal 2024 98 min.
Dirección
Simón Casal Guion Simón Casal y Víctor Serra Fotografía Diego Cabezas Música Sofía Oriana Infante Intérpretes Verónica Echegui, Yamar Novas, Alba Galocha, Alberto Ammann, Alfonso Pimentel, Paula Morado, Monti Castiñeiras, Marco D’Almeida, Melania Cruz, Xabier Deive, Santi Prego Estreno 13 septiembre 2024

Dos años después de su mediometraje documental, el director gallego Simón Casal insiste en un tema que parece preocuparle mucho, el de la utilización de la inteligencia artificial para sustituir la del humano propiamente dicho, especialmente adaptado en su caso a la justicia, con el fin aparente de aliviar su tan cacareado atraso y saturación, aunque en el fondo todo apunta a un mayor control por parte de los poderes públicos, económicos y mediáticos. Ahí radica su principal denuncia, y para ello ha contado con la implicación de Gerardo Herrero en la producción, siempre interesado en plasmar problemas coyunturales a sus entretenidas tramas, sin atisbo de ambición y con el sólo propósito de lograr una aceptación discreta y aseada que le permita abordar una próxima producción, y van no sé cuántas, pero muchas.

En esta ocasión el tema se aborda desde un futuro tan cercano que casi parece una actualidad distópica donde abundan los vehículos con piloto automático y asistencia informática, un país presidido por una mujer y una discreta pero estimulante puesta en escena. Pero la denuncia y la puesta sobre la mesa de un tema a debate, se diluye cuando la trama se impone evidenciando una intriga criminal que se antoja paulatinamente poco interesante y demasiado previsible. Una combinación más acertada de debate e intriga criminal, como hizo Spielberg hace veinte años en Minority Report, habría mejorado sustancialmente el producto. 

No obstante, la solvencia de su reparto, su sobria dirección artística y esa sana tendencia a competir con producciones de otros países más atrevidos a la hora de abordar producciones futuristas, hacen que el producto se disfrute con cierto entusiasmo, si bien hubiésemos preferido una Verónica Echegui en registro menos serio y tristón, que parece que para implicarse de lleno en una causa, por mucho que ésta pueda perjudicarte, primero se tenga que ser víctima de algún tipo de trauma o frustración. Ssobre si debemos o no dejar en manos de algoritmos nuestro devenir en aspectos tan decisivos como la justicia, el film apenas consigue soltar algunas claves sin llegar a desarrollarlas en profundidad, aunque quizás esto no fuera en última instancia su principal intención.

viernes, 13 de septiembre de 2024

CARMEN LARIOS BRILLÓ EN EL ARRANQUE DE LA ROSS

Gala inaugural de la XXXV temporada de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Carmen Larios, soprano; Beatriz Fernández Aucejo, dirección. Programa: Evocación, El Corpus Christi en Sevilla, Triana, El Puerto y El Albaicín, de la Suite Iberia de Albéniz (orquestación de Enrique Fernández Arbós).; Siete canciones populares españolas, de Falla (orquestación de Ernesto Halffter); La Tarántula y Sierras de Granada, de La Tempranica, de Gerónimo Giménez; Petenera, de La Marchenera, de Federico Moreno Torroba; Carceleras, de Las hijas de Zebedeo, de Ruperto Chapí. Patio de la Montería del Real Alcázar de Sevilla, jueves 12 de septiembre de 2024


La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla retomó anoche una costumbre que andaba algo perdida, la de inaugurar su temporada en un lugar emblemático de la ciudad. Hacía tiempo que no lo hacía, y ayer le tocó celebrar su gala inaugural en el Alcázar, convirtiendo a éste en un privilegiado palacio de la música, pues a pocos metros cantaba la estupenda Cristina Bayón junto a sus compañeras de Dolci Affetti, dentro de las Noches del Alcázar que están a punto de concluir. 
Con un acento eminentemente nacionalista, los maestros y maestras de la Sinfónica se pusieron en manos de Beatriz Fernández Aucejo, joven directora valenciana cada vez más implicada en la vida musical de su ciudad, con un concierto el próximo abril en el que dirigirá a la Orquesta de Valencia un programa en el que destacan Bernstein y Gershwin. En los atriles de este su debut en Sevilla, obras de Albéniz y Falla convenientemente orquestadas, y un ramillete de zarzuelas para lucimiento de una estupenda Carmen Larios.

Una joven más que prometedora

La soprano almeriense cumplió la oportunidad que le brindó la ROSS cuando en enero pasado le concedió su premio particular en una edición del Certamen Nuevas Voces de Sevilla en el que ella se erigió en clara ganadora. Larios supo rentabilizar el premio anoche de forma holgada, brindándonos una lección de buen gusto y delicadeza, con voz rotunda, fresca y natural, evidente en cada una de las piezas que acometió, fueran las Siete canciones populares de Falla o las romanzas que en un estilo adecuadamente diferente entonó con tanta gracia como desparpajoAucejo estuvo atenta en todo momento al trabajo de Larios, acompañando sin eclipsar y controlando cada inflexión y cada gesto de una música que en el caso de Falla sonó majestuosa en la orquestación de Ernesto Halffter, que no recordamos haber disfrutado en nuestra ciudad, al menos en los últimos veinte años. Pero lo que más llamó la atención en esta contenida y sin embargo expresiva interpretación de la soprano, fue su perfecta dicción, la forma en que se las ingenió para que cada sílaba fuese perfectamente entendible, una habilidad que repetiría en las piezas zarzueleras elegidas para la ocasión.

Carmen Larios atesora un timbre poderoso y grueso, un lenguaje eminentemente lírico, mucha naturalidad a la hora de frasear y sortear cambios de registro, y un gran desparpajo, sin aspavientos, a la hora de poner en escena cada pieza. Todos signos de una madurez prodigiosa, aún por encima de lo que demostró en aquel concurso hace apenas unos meses. Su cantar fluido y potente, sin aparente esfuerzo, embelesó al público. 
Evidenció contención y elegancia en piezas tan emblemáticas como la nana, gracia en la seguidilla y energía en el polo final de las canciones de Falla, mientras destacó su fuerza expresiva y agilidad ornamental en las Carceleras de Las hijas de Zebedeo, filados impresionantes en Sierras de Granada de La Tempranica, y salero en la Petenera de La Marchenera. Unas constantes que emergieron también en la propina, la polonesa de la zarzuela El barbero de Sevilla, Me llaman la primorosa, que ya entonó en el certamen de la Asociación Sevillana de Amigos de la Ópera.

Una batuta en condiciones difíciles

El problema de actuar en espacios emblemáticos suele ser a menudo prescindir de condiciones acústicas más adecuadas. Incluso cuando se programan festivales de verano en parques o auditorios al aire libre, la orquesta suele contar con una concha acústica conveniente que potencie su sonido y facultades. No cabe duda de lo mucho que embriaga la belleza de un fondo tan majestuoso como la fachada del Palacio Mudéjar, pero a cambio de sacrificar el excelente sonido al que nos tiene acostumbrados la ROSS. A ello hubo de sumarse una iluminación efectista pero oscura, especialmente grave a la hora de visualizar a la soprano.

Beatriz Fernández Aucejo tuvo que hacer frente a estos inconvenientes, sumado a su particular forma de entender unas partituras que van más allá de la vistosidad y el colorismo con el que ella las acometió. Así, resultó imperdonable que en su pasaje central, el Corpus Christi en Sevilla sonara tan caótico, o que la bellísima Triana no luciera en todo su esplendor, con incómodas pérdidas de ritmo y tensión.

Sin embargo, no cabe duda de que la directora valenciana, curtida en el mundo de las bandas sinfónicas, posee un talante enérgico y comprometido del que pueden emerger satisfacciones muy variadas, y que convendría observar en un escenario más adecuado. Tampoco es que las orquestaciones de Fernández Arbós acaben de hacer plena justicia a una obra tan imponente como Iberia de Albéniz, al menos no tanto como lo que Ravel extrajo de Cuadros de una exposición de Mussorgsky.

A esta cita de aroma inconfundiblemente local, se sumó muy cerca el homenaje a Paco de Lucía que se celebró en el Maestranza para inaugurar la Bienal de Flamenco. No cabe duda de que hemos alcanzado el ecuador de septiembre y estamos preparados y preparadas para el otoño.

Fotos: Marina Casanova
Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 11 de septiembre de 2024

REBEL RIDGE Acorralado en el calor de la noche

USA-Reino Unido 2024 130 min.
Guion y dirección
Jeremy Saulnier Fotografía David Gallego Música Brooke y Will Blair Intérpretes Aaron Pierre, Don Johnson, AnnaSophia Robb, David Denman, Emory Cohen, Zsane Jhe, James Cromwell, Steve Zissis, Dana Lee, Daniel H. Chung Estreno en Netflix 6 septiembre 2024

Con dos interesantes películas en su haber, Blue Ruin y Green Room, el director del que se atreve a traducir los títulos de sus trabajos, Jeremy Saulnier, parece haberse inspirado en dos clásicos del cine, Acorralado y En el calor de la noche, en su mezcla de denuncia racial y justicia personal, a la hora de urdir su desafiante y desasosegadora trama. Dejando claro cómo en muchas zonas del interior de Estados Unidos sigue imperando la ley del más fuerte, como en el salvaje oeste, Saulnier plantea en clave de western contemporáneo, una historia de humillación e injusticia, a la que es arrastrado un ciudadano ejemplar, ex marine en la Guerra de Irak y experto en artes marciales y tácticas de defensa, a quien la corrupción policial conduce hacia una vorágine de violencia, una pesadilla imposible de resolver por los cauces legales e irremediablemente destinada a tomarse la justicia por su propia mano. 
Un recurso por lo tanto muy de la cultura estadounidense.

Peligrosamente en la frontera entre fascista y poética, donde la ley deja de tener valor y peso para dar lugar a una búsqueda de la verdad y la justicia por caminos poco ortodoxos, cabe sin embargo la posibilidad de aplaudir la casi ausencia de bajas, el uso de armas no letales y la tendencia del protagonista a dejar el menor rastro de sangre posible en su empeño. Claro que todo ello debido a la necesidad de justificar sus actos, propiciando un final feliz en el que la consecución de su objetivo no empañe el destino de quien se ha ganado nuestra simpatía desde el minuto cero, cuando transita a ritmo de heavy metal en su bicicleta de alta gama por estrechas carreteras de Louisiana. Un papel que recae en la enigmática y atractiva presencia de Aaron Pierre, muy pronto en el remake marveliano de Blade, capaz de eclipsar al veterano Don Johnson como propiciatorio sheriff corrupto, y a su compañera de reparto, cuyo personaje se presta a actuaciones poco verosímiles teniendo en cuenta su delicada situación familiar.

El rebelde Ridge descarga todo su potencial en una película que destaca por una tensión dosificada y una atmósfera inquietante que Saulnier logra no sólo por su condición de director sino, sobre todo, por la de montador. Da cancha a sus actores y actrices para desplegar su carga dramática, y trabaja su intriga y esa subida de tensión que explota al final, con ahínco, sentido del ritmo y buen oficio cinematográfico.

domingo, 8 de septiembre de 2024

REINAS Un trampantojo emocional

Perú-España-Suiza 2024 104 min.
Dirección
Klaudia Reynicke Guion Klaudia Reynicke-Candeloro y Diego Vega Fotografía Diego Romero Intérpretes Abril Gjurimovic, Luana Vega, Gonzalo Molina, Jimena Lindo, Susi Sánchez, Fabrizio Aguilar Estreno en el Festival de Sundance 22 enero 2024; en Perú 22 agosto 2024; en España 6 septiembre 2024


Con una filmografía netamente suiza hasta el momento, la directora peruana Klaudia Reynicke regresa a su país para contarnos una historia que parece tener mucho de auto biográfica. Nos encontramos ante un relato ambientado en ese país andino, poblado en su mayoría por indígenas, pero de nuevo centrado en la población caucásica descendiente de los invasores, como de hecho ocurre en sus programas televisivos, culebrones incluidos. Esta vez tiene sentido por cuanto de auto biográfico parece contener una función que nos habla de los convulsos años noventa del pasado siglo, cuando Fujimori tenía al país en cuarentena, sometido a las fuerzas armadas y a sus políticas de austeridad económica.

En ese contexto, Reynicke centra su atención en la mirada ingenua y desprejuiciada de dos niñas, como suele ser habitual en muchas de las películas dirigidas por mujeres que nos han ido llegando en los últimos años. Dos jovencitas pertenecientes a una familia de izquierdas, y sin embargo aburguesada y acomodada, cuyos privilegios parecen ir despareciendo con el devenir de los tiempos. Ajenas a cualquier tipo de peligro, las niñas sólo piensan en su bienestar inmediato, al que están acostumbradas, mientras su madre anhela con salir del país y contar para ello con el permiso del irresponsable y divorciado padre.

Rodada en formato comedia como la vida misma, esconde en realidad la tragedia de un país azotado por la pobreza y el recorte de libertades, mientras asistimos como si de un trampantojo se tratara, a los episodios más o menos amables y distendidos que viven las dos chicas y su fantasioso padre, un Peter Pan que genera rechazo y simpatía a partes iguales. El principal mérito de Reynicke radica en contar estos tiernos episodios sin renunciar a la tensión de fondo y la zozobra de los adultos, entre quienes se encuentra la enorme Susi Sánchez apenas forzando el acento. Gran mérito el de las niñas protagonistas, especialmente la más pequeña, Abril Gjurimovic, de mirada tan emotiva como inocente y resultados siempre llenos de magia y brillo.

EL 47 Cuestión de voluntad

España 2024 110 min.
Dirección
Marcel Barrena Guion Marcel Barrena y Alberto Marini Fotografía Isaac Vila Música Arnau Bataller Intérpretes Eduard Fernández, Clara Segura, Zoe Bonafonte, Salva Reina, Aimar Vega, Carlos Cuevas, David Verdaguer, Vicente Romero, Óscar de la Fuente, Betsy Túrnez, Borja Espinosa, Carme Sansa, Francesc Ferrer Estreno 6 septiembre 2024

En su breve filmografía como director, Marcel Barrena ha demostrado un especial y admirable interés por temas relacionados con la superación personal y colectiva, temas sociales y decididamente humanos que ha tratado con discreto pero certero éxito en la ficción (100 metros, Mediterráneo) y el documental (Hermano Caballo sobre un hombre que susurraba a los caballos). El 47 del título se refiere al autobús que condujo durante gran parte de su vida Manolo Vital, un extremeño que como tantos otros, entre ellos andaluces, tuvieron que huir de su hogar ante el hostigamiento fascista tras la Guerra Civil, para asentarse en Cataluña y contribuir con su esfuerzo, integración y determinación en la construcción del país que ahora rehúye de su forja para erigirse en territorio singular e independiente. 
Pero más allá de esa memoria a la que apela el rescate de esta figura y de quienes le rodearon, familiares y amistades, la película de Barrena sirve como recordatorio de que la sombra de la Historia nunca cesa, continúa y se mantiene incluso en estos tiempos de supuesto bienestar en el que inmigrantes son rechazados y marginados, jóvenes apenas tienen acceso a la vivienda frente al auge del turismo, y pueblos enteros tienen que llamar la atención de autoridades para dejar de morir víctimas de un virus provocado por mosquitos, seguramente más fácil de erradicar de lo que imaginamos.

Se trata de la desidia y de la falta de voluntad de aquellos y aquellas que olvidan cuáles son sus responsabilidades y por qué fueron puestos ahí, con todos sus privilegios y dignidades, por un pueblo que se siente tan a menudo olvidado. Alguien dentro de unas cuantas décadas encontrará también en estos episodios contemporáneos material para recordarnos nuestra vulnerabilidad, la necesidad de héroes cotidianos y la imprescindible lucha colectiva a la que nos empujan continuamente nuestros gobernantes. De eso trata esta sensible y emotiva película, que no lacrimógena, realizada sin estridencias ni malos humores, con cariño y atención al detalle, lo que se traduce en una ambientación, primero en 1958, más tarde y casi toda la película veinte años después, recreando los suburbios bautizados como Torre Baró y esa Barcelona vintage a la que los efectos digitales prestan alguna colaboración, el resto es material de archivo evidenciado en texturas diferentes.

Un ejercicio nostálgico acompañado de una soberbia interpretación de Eduard Fernández, muy bien flanqueado por Clara Segura y su hija en la ficción, Zoe Bonafonte contando la particular gesta en primer persona. También merecen destacarse los populares David Verdaguer y Carlos Cuevas, mientras capítulo aparte merecen los personajes, exagerados en el acento y la actitud, a los que dan vida Salva Reina y Vicente Romero, lamentablemente la aportación andaluza y lo peor de la función. Cabe destacar la hermosa y cálida partitura de Arnau Bataller completando el firme y entrañable acabado de un film que cuenta una historia dura con hechuras de cuento moral y reivindicativo tan vigente hoy como entonces y siempre.

BITELCHÚS BITELCHÚS Recomendable pese a su oportunismo

Título original: Beetlejuice Beetlejuice
USA 2024 104 min.
Dirección
Tim Burton Guion Alfred Gough, Seth Grahame-Smith y Miles Millar, según los personajes creados por Michael McDowell y Larry Wilson Fotografía Harris Zambarloukos Música Danny Elfman Intérpretes Michael Keaton, Jenna Ortega, Winona Ryder, Catherine O’Hara, Justin Theroux, Monica Bellucci, Willem Dafoe, Arthur Conti, Burn Gorman, Santiago Cabrera, Danny DeVito Estreno en el Festival de Venecia 28 agosto 2024; en Estados Unidos y España 5 septiembre 2024

Para su vigésimo largometraje de ficción, si exceptuamos Pesadilla antes de Navidad, cuyo crédito principal está en manos de Henry Selick, Tim Burton ha tirado del baúl de los recuerdos para presentarnos algo muy apreciado por la industria norteamericana cuando las ideas escasean y hay que hacer taquilla a toda costa, una secuela. No deja de ser una operación oportunista, pero si se hace bien y nos hace pasar un buen rato, podemos considerarla bienvenida. Es el caso de esta continuación, treinta y cinco después de la película que dio pistoletazo de salida a una carrera tan admirada como despreciada según qué sensibilidades y qué etapa artística del fantasioso director.

Burton ha cuidado cada detalle para que sea digna de su predecesora, algo anticuada y ahora rejuvenecida, y no chirríe tanto tiempo después ante las innovaciones técnicas que desde entonces se han sucedido en el arte cinematográfico. De esta forma encontramos buenos efectos visuales repartidos entre los indiscutiblemente digitales y los más artesanales, y una continuación a nivel narrativo convincente y adecuada, en la que el protagonismo de Winona Ryder lo retoma ahora su hija en la ficción, Jenna Ortega, mientras bajo el maquillaje Michael Keaton mantiene el mismo aspecto que lucía hace casi cuatro décadas. Para muchos, la película mejora el nivel al que Burton nos había acostumbrado en sus últimas películas, si bien nosotros no desdeñamos el alcanzado por Dumbo. Lo cierto es que Bitelchús Bitelchús contiene los suficientes gags visuales y sonoros, y un elenco superlativo en el que destacan Monica Belluci protagonizando una hilarante secuencia de reconstrucción virtual, y Willem Dafoe en un divertido registro autoparódico.

Hay incluso un par de números musicales (Soul Train y la versión original de Richard Harris de MacArthur Park, mientras la más popular de Donna Summer aparece tímidamente al principio como Day-O de Harry Belafonte lo hiciera en la cinta de 1988, y sirve para ilustrar ya completa los créditos finales, esos que en España la televisión arranca de cuajo, algo que hemos constatado no ocurre en otros países de nuestro entorno), que colaboran para considerar éste un entretenimiento sobresaliente y un espectáculo bien urdido y en términos generales bastante satisfactorio, habida cuenta lo que esperábamos de él.

viernes, 6 de septiembre de 2024

VOLVERÉIS Inspirado ejercicio de metacine

España-Francia 2024 114 min.
Dirección
Jonás Trueba Guion Jonás Trueba, Itsaso Arana y Vito Sanz Fotografía Santiago Racaj Música Iman Amar, Guillermo Briales y Ana Valladeres Intérpretes Itsaso Arana, Vito Sanz, Andrés Gertrudix, Fernando Trueba, Jon Viar, Ana Risueño, Francesco Carril, Isabelle Stoffel, Sgfid Monleón, Miguel A. Trudu Estreno en el Festival de Cannes 20 mayo 2024; en Francia 28 agosto 2024; en España 30 agosto 2024 


Francia, que profesa un especial interés por el cine de Jonás Trueba, César incluido por La virgen de agosto, ha entrado de pleno en la coproducción de éste su séptimo largometraje de ficción, posiblemente el mejor hasta la fecha de su filmografía y uno de los mejores trabajos españoles estrenados este año. Su trama parte de varios focos de inspiración, fundamentalmente una idea original de su propio padre, aquí interpretando al de la protagonista en uno de los más inteligentes e innovadores ejercicios de metacine vistos jamás en pantalla. Pero también asoman un ensayo sobre la repetición de Kirkegaard, y la influencia de la comedia clásica estadounidense sobre segundas oportunidades en la pareja, todo ello formateado a tres manos por el director y su pareja protagonista, Itsaso Arana y Vito Sanz, en un ejercicio parecido al desplegado por Richard Linklater, Ethan Hawke y Julie Delpy en su trilogía de Antes del amanecer.

Trueba reúne a la plana mayor de sus actores y actrices habituales en una fiesta cinematográfica que nos habla una vez más de crisis de los cuarenta, incluido todo un generoso análisis en pro y en contra de 10, la mujer perfecta de Blake Edwards, y crisis de pareja en un entorno en el que cine y realidad se funden de forma tan hábil como moderadamente fascinante. Provoca la complicidad y la sonrisa de principio a fin, gracias a la frescura de sus diálogos, cierta y oportunamente repetitivos, la gracia de su elenco, y un Madrid retratado con mucho cariño, al que Jonás convierte en espejo del Nueva York de Woody Allen, otro foco inspirador de la película.

Aunque corre el peligro de quedar lastrada por su largo y puede que innecesario largo metraje, no llega a fatigar y sí a provocar muy buen aliento. Quizás lo mejor de Trueba hijo junto a los episodios que conformaron su trabajo documental Quién lo impide, que en su formato reducido para el cine perdió parte de su interés, no obstante alzarse con el Goya de 2021 en su apartado. Volveréis de momento ha logrado el Premio de la marca Europa Cinemas en la Quincena de Realizadores del pasado Festival de Cannes.

ISLA PERDIDA Admiración mal aplicada

España-Colombia 2024 128 min.
Dirección
Fernando Trueba Guion Rylend Grant y Fernando Trueba Fotografía Sergio Iván Castaño Música Zbigniew Preisner Intérpretes Matt Dillon, Aida Folch, Juan Pablo Urrego, Kika Georgiou, Polydoros Vogiatzis, Anthi Andreopoulou, Vassilis Halakatevakis, Marina Argyropoulou Estreno 23 agosto 2024

Tan perdidas como la isla del título parecen las intenciones de Trueba en su afán de homenajear ese cine clásico norteamericano que tanto admira y que en esta ocasión le lleva al cine negro y a emular al incomparable Hitchcock con una película que combina sin mucho acierto el melodrama romántico con la intriga criminal y pasional. Dividida en dos partes bien diferenciadas, la primera es luminosa y alegre, en un tono que la hace disfrutable aunque en ningún momento consiga enganchar lo suficiente, especialmente por el errático diseño de unos personajes que se antojan tan planos como la rocambolesca trama que desarrolla.

La segunda, más tenebrosa y pretendidamente angustiosa, no aprovecha los escenarios en los que se ambienta y no logra sintonizar con un público del que apenas ha logrado captar el interés y la inquietud que su argumento parece pedir a gritos. Hace aguas a pesar de que sus grecos paisajes y su atractivo elenco, con Matt Dillon a la cabeza ejerciendo como improbable chef pero cumpliendo como estrella mediática, y una esforzada Aida Folch dando vida a la heroína de turno, hábilmente secundados por el joven Juan Pablo Urrego. Los tres entregados con poca convicción pero cierta profesionalidad a los avatares que les ofrece un guion endeble y poco plausible, en el que los giros no son tan imprevisibles como pretende ni las reacciones tan coherentes.

Entre lo mejor, la melódica banda sonora, a ratos violenta e intrigante, de Zbigniew Preisner, que ya sólo se prodiga en películas del director de Belle Epoque. Éste, por cierto, se permite en la película de su hijo Jonás, Volveréis, lamentarse por la traducción que los distribuidores españoles hicieron de The Awful Truth por La pícara puritana, mientras le coloca a su película el título Haunted Heart, prestado de una canción de Jo Stafford que suena en una secuencia de seducción, para su hipotética distribución internacional.

jueves, 5 de septiembre de 2024

BRUNO AXEL, ENTRE ROMÁNTICO Y VACILÓN

XXV Noches en los Jardines del Real Alcázar. Bruno Axel, violines, voz, sampler; Antonio A. Ritoré, percusión. Programa: El arte de la invención. Miércoles 4 de septiembre de 2024

Foto: Actidea

Polifacético, inquieto, inclasificable… son algunos de los adjetivos que definen la personalidad del músico granadino Bruno Axel. Aún impresionados por el excelente sabor de boca que nos dejó hace justamente una década cuando presentó en la Sala Manuel García del Maestranza su espectáculo Música en movimiento, y a pesar de que su continuación, un año después, no despertó en nosotros la misma sensación, asistimos a esta segunda función de Axel en las Noches del Alcázar con cierta expectación y la convicción de que no nos dejaría indiferentes. Todo indica que lo que anoche hizo sobre el escenario fue considerablemente diferente a lo que ofreció el pasado 20 de agosto. Para entonces estaba anunciado un menú degustación con distintos platos cocinados a partir de reconocibles partituras musicales. Esta vez su imaginación se fue más del lado de los viajes.

Queremos pensar que para ello inventó un personaje, con una imagen radicalmente diferente a la que nos tiene acostumbrados y acostumbradas, y ciertas formas que nos remitieron directamente a los músicos callejeros, tomando forma definitiva cuando casi al final se transformó en artista del metro de Nueva York, haciéndose acompañar su ecléctico violín de una percusión directamente inspirada en el hip hop. Entre medias, Axel jugó a desconcertar al público, alternando sus particulares recreaciones musicales con sentencias dispersas sin aparente conexión entre ellas, hasta que en cierto momento encontraron justificación como improvisada terapia para sobrellevar la vida y la muerte, y terminar sobreviviendo, que es al fin y al cabo lo que hacemos todos y todas, pero bajo el espíritu reconocible de quien lo hace día tras día reinventándose en calles y plazas de una gran urbe.

Imagen retrospectiva del artista

Con Bach como músico recurrente, desde sus partitas a las Variaciones Goldberg, y Paganini, Vivaldi, Rota y su familia Corleone, así como Falla y su nana, un sirtaki y música de raíz turca, la propuesta de Axel encontró su punto más decididamente grotesco con sus recreaciones de los impresionistas franceses, unas Gymnopédies de Satie a dúo con Antonio Alcántara Ritoré al xilofón, a partir de los sonidos distorsionados y estridentes del violín eléctrico, y un Bolero de Ravel algo más juguetón, animado por la batería, las congas y los sonidos grabados sobre la marcha en el sampler.

El viaje terminó como también parece estar haciéndolo el verano, del mar buceando al cielo en globo, y parte del público acabó desconcertado, otra desmotivada, y otra posiblemente encantada con una propuesta en la que sobresalió el carácter vacilón y extravagante del músico, muy bien acompañado por un mucho más discreto Alcántara. En sus gestos y sus dispersas locuciones, Axel exhibió el romántico que lleva dentro, con una visión apesadumbrada y derrotista de la existencia, incluida una emotiva dedicatoria a un amigo desaparecido. Es ahí quizás donde más acertó el intérprete y compositor en un montaje escénico musical que en general encontramos bastante endeble y falto de una mayor imaginación, no obstante el evidente virtuosismo del artista al violín.

Artículo publicado en El Correo de Andalucía

miércoles, 4 de septiembre de 2024

LA LIBERACIÓN Black exorcismo

Título original: The Deliverance
USA 2024 112 min.
Dirección
Lee Daniels Guion Elijah Bynum, David Coggeshall y Lee Daniels Fotografía Eli Arenson Música Lucas Vidal Intérpretes Andra Day, Glenn Close, Anthony B. Jenkins, Caleb McLaughlin, Demi Singleton, Aunjanue Ellis-Taylor, Mo’Nique, Omar Epps, Miss Lawrence, Colleen Camp Estreno en Netflix 30 agosto 2024


Que Lee Daniels haya forjado su carrera a fuerza de títulos que analizan la condición de la raza negra en el país de las oportunidades, con Precious como fracaso de la integración y la educación, El mayordomo como sumisión de raza al poder político y económico, y Los Estados Unidos contra Billie Holiday como lucha por la supervivencia y el reconocimiento en un mundo plagado de prejuicios, hace pensar que este insólito salto al cine de terror esconda alguna motivación que aporte un mayor grado de interés y enjundia a una historia más o menos anodina de fantasmas y posesiones diabólicas. Para colmo, que la cinta se base en el caso de Latoya Ammons, cuya familia sufrió supuestos e incomprensibles fenómenos reales hace trece años, añade más desconcierto al producto.

Es verdad que Daniels dirige con elegancia y sentido del ritmo una película que durante algo más de la mitad de su metraje construye una más que notable atmósfera e inquietud respecto a qué se nos va a contar. Ayuda a ello un elenco sobresaliente encabezado por Andra Day (Billie Holiday en el título aludido) y con Mo’Nique, ganadora del Oscar a la mejor actriz secundaria por Precious, entre las secundarias de un reparto mayoritariamente femenino si exceptuamos a los niños que sufren los terribles castigos por los pecados de los progenitores que la cinta parece narrar en formato metáfora . Pero quien realmente sorprende es Glenn Close, que pese a su color de piel interpreta a la madre de la protagonista y abuela de los niños, en un registro quizás estridente y pasado de rosca, pero que la veterana actriz reproduce con tanto sentido de la profesionalidad y del arte que consigue que cada escena en la que participa brille especialmente sobre las demás.

Lástima que pese a todos estos encantos, a los que hay que añadir una sobriedad poco habitual en este tipo de producciones, al menos en esa primera larga mitad, la función se disparate y desquicie al tomar derroteros archivistos en el género. Y todo sin que acertemos, por mucho que lo intentemos, asociar el episodio apocalíptico que sufre esta familia desestructurada y marchita por los sempiternos traumas infantiles, con una realidad social y económica directamente relacionada con los problemas de raza y los prejuicios aún no resueltos en el país que supuestamente inventó la democracia como hoy la conocemos.