martes, 1 de octubre de 2024

TURINA PROTAGONIZA EL ÚLTIMO TRIMESTRE MUSICAL DEL AÑO EN SEVILLA

José Luis García del Busto, Rafael Ruibérriz de Torres y José Luis Turina

Sevilla siempre ha hecho justicia a la música de uno de sus compositores más sobresalientes y universales, Joaquín Turina. Tres de sus composiciones más populares y reconocidas, La oración del torero, las Danzas fantásticas y La procesión de El Rocío, se interpretan con cierta asiduidad en la ciudad de la Giralda, y no hace muchos años que dejó de celebrarse el Festival de Música de Cámara Joaquín Turina. Lo hacía cada dos años y concitaba a un buen número de prestigiosos intérpretes para trabajar juntos en distintas combinaciones instrumentales, incluyendo en cada concierto alguna pieza del autor que le prestaba su nombre, todo ello coordinado por la pianista Benedicte Palko y el violonchelista Israel Fausto Martínez.

Pero este festival desapareció hace tiempo, como tantas convocatorias que han fenecido en esta ciudad a pesar de haber conseguido consolidarse, entre ellas los Encuentros de Música de Cine de Sevilla, que precisamente nacieron con un concierto en el entonces Álvarez Quintero, hoy Espacio Turina, en el que la Sinfónica de Madrid dirigida por Antón García Abril nos dio a conocer la música cinematográfica de Turina.

Joaquín Turina nació en Sevilla el 9 de diciembre de 1882, y murió en Madrid el 14 de enero de 1949. Precisamente esta última efeméride es la que ha dado pie a Ruta Turina, un ambicioso proyecto del ICAS liderado por el flautista y gestor cultural Rafael Ruibérriz de Torres, que conjuga el trabajo y el esfuerzo de prácticamente todas las instituciones y asociaciones que dan vida musical a la ciudad. Habiendo agotado en Sevilla las enseñanzas en armonía y composición de Evaristo García Torres, maestro de capilla de la Catedral, y en piano de Enrique Rodríguez, Turina completó su formación en el Conservatorio de Madrid y la Schola Cantorum de París, donde estudió con Vincent d’Indy y se adiestró en la corriente franco-belga que lideraba César Franck.

Conoció a Albéniz y a Falla a propósito del estreno en París de su Quinteto Op. 1, quienes le convencieron de abandonar ese estilo europeizante y cosmopolita empleado en tan impresionante obra para centrarse en un lenguaje más nacionalista, sin perder la elegancia y el señorío que ya evidenciaban sus notas. Algo que en palabras de su nieto, José Luis Turina, compositor y académico, supuso una notable metamorfosis en el catálogo de su abuelo.

Una mesa redonda muy académica e ilustrativa

Precisamente fue José Luis Turina quien contó esta anécdota de la mano de un texto de su propio abuelo. Él, junto al crítico musical y también académico José Luis García del Busto y el coordinador de esta Ruta Turina con la que se homenajea al compositor cuando se cumplen setenta y cinco años de su fallecimiento, participaron en la mesa redonda con la que arrancó esta ruta en el Espacio Turina, tras una breve introducción de Cristina Lucio-Villegas al piano interpretando dos de los tres movimientos que integran el ciclo Por las calles de Sevilla.

García del Busto destacó la versatilidad del compositor y la relevancia de algunas de sus obras fundamentales, mientras José Luis Turina reveló algunos recuerdos de infancia y juventud, incluido cómo residiendo su abuelo a la espalda del entonces edificio de Correos en Madrid, descubrió en el trastero del inmueble algunos manuscritos, entre los cuales se encontraban algunas de las joyas que recupera este imponente ciclo.

Turina regresó a España en 1941 y se instaló en Madrid, donde contrató con la Unión Musical Española la publicación de su obra, centrada en música fundamentalmente escrita para cuerda, lo que impidió que su proverbial versatilidad se extendiera a otros instrumentos, especialmente los de viento. En Madrid fue director y crítico musical de la revista El Debate, catedrático en el Conservatorio y director del departamento musical del Ministerio de Educación.

Un extenso catálogo, parcialmente recuperado en esta ruta

Prácticamente la totalidad de las instituciones públicas y privadas que organizan cada temporada la programación musical de la ciudad, participan en esta efeméride, ya sea incluyendo en sus propuestas alguna pieza del compositor, o dedicándole monográficos especialmente concebidos para esta ruta tan especial.

Los primeros en sumarse serán Juventudes Musicales de Sevilla con el concierto que Noelia Navas dará en el Pabellón Domecq del Parque María Luisa. Después, la Sala Cero celebrará un concierto del Cuarteto Almaclara-Inés Rosales, y el organista Gereon Krafhorst interpretará una obra en el Oratorio de la Santa Escuela de Cristo, organizado por la Asociación de Amigos del Órgano Cavaillé-Coll de Sevilla. El Festival de la Guitarra colaborará a finales de octubre y principios de noviembre con obras tan representativas del arte de Turina a la guitarra como el Fandanguillo Op. 36 o la Sonata Op. 61, algo que no cultivaron ni Albéniz ni Granados, y Falla sólo lo hizo en una ocasión.

Cristina Lucio-Villegas

Ya en el mes de los difuntos, Cristina Bayón participará en un concierto en el Real Círculo de Labradores en el que interpretará entre otras obras el Homenaje a Tárrega Op. 69. En el seno del Festival de Cine Europeo, el Cine Odeón de Plaza de Armas proyectará la película El abanderado, con música de Turina. El barítono Alfonso Mújica, dentro de un recital en el Espacio Turina, interpretará Poema en forma de canciones Op. 19, y el Ateneo de Sevilla albergará una mesa redonda sobre el Turina mas desconocido, su música de juventud, religiosa y lírica, de la mano entre otros del historiador y crítico musical Andrés Moreno Mengíbar y la comisaria de la exposición que tendrá lugar también en ese espacio, Ana Ruibérriz. La histórica Orquesta Bética de Cámara se sumará a la ruta con piezas como Poema de una sanluqueña y La oración del torero.

Jorge Bayona incluirá en su concierto de piano en el Cartuja Center Cite, el ciclo Sacromonte Op. 55. El Cuarteto Isbilya protagonizará en el Espacio Turina uno de los monográficos, en torno a su música de juventud, en el que se incluye el robusto Cuarteto Op. 67. El otro monográfico será en la Iglesia del Salvador, de la mano de la Archicofradía de Pasión y el Excmo. Cabildo de la Catedral. La Orquestina, las voces del tenor Francisco Fernández Rueda y el barítono Andrés Merino, y la pianista Cristina Lucio-Villegas, nos darán a conocer entre otras, algunas de sus obras religiosas, incluido un Ave María. Una clase magistral de Pérez Floristán en el Conservatorio Manuel Castillo, organizada por la Fundación Barenboim-Saïd, completa la oferta de noviembre.

Fin de fiesta hasta el día de su cumpleaños

Un concierto de voz y piano en la Catedral, y otro de la sección de vientos de la Sinfónica Conjunta interpretando bajo la dirección de Camilo Irizo y el patrocinio de la Universidad de Sevilla y el Conservatorio Manuel Castillo una transcripción de las Danzas fantásticas, forman parte de la oferta de diciembre. El organista Jesús Sampedro incluirá una pieza del compositor en el Oratorio de la Santa Escuela de Cristo, mientras el internacionalmente famoso guitarrista Pablo Sainz Villegas incluirá en su recital de diciembre en el Maestranza la Sevillana Op. 29. Diciembre culminará con la inclusión de una pieza muy querida por el autor, Navidad Op. 16, en el habitual concierto navideño de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla que dirige Vladimir Dmitrenco.

Pero en enero continuará la celebración, con el trío Círculo incluido en el programa que el Conservatorio Manuel Castillo propone en el ciclo de música de cámara de la ROSS que se celebra cada temporada en el Espacio Turina. Y el 13 de enero culmina la ruta, un día antes del cumpleaños del compositor, con un monográfico en el Teatro Cajasol organizado por la Compañía Sevillana de Zarzuela, con la complicidad de la Real Academia de Bellas Artes Sta. Isabel de Hungría y la Fundación Cajasol, en el que la soprano Aurora Galán y el pianista Javier Molina desgranarán algunas de las composiciones líricas de Turina, incluidas piezas de sus óperas Margot y Jardín de Oriente, de cuya compleja y metódica recuperación se encargó su nieto José Luis a principios de los años ochenta del pasado siglo, según él mismo relató en esta mesa redonda de inauguración.

Lástima que en este acto de presentación prescindiéramos de la voz de Leonor Bonilla, manifiestamente indispuesta, que con las voces del Grupo de Cámara Santa Cecilia y el concurso de la pianista Lucio-Villegas, debía haber interpretado la Plegaria de la Divina Pastora Op. 22, una obra que el autor compuso en 1900 para la Hermandad homónima de Cantillana, con la que su madre guardaba fuertes lazos devotos y sentimentales. Como puede comprobarse, todo un esfuerzo de colaboración y solidaridad entre todos los agentes culturales que velan por la buena salud musical de la ciudad, que convierten esta Ruta Turina, cuya apuesta de continuidad forma parte del proyecto del ICAS, en una empresa tan emotiva como absolutamente sentimental. A buen seguro que nadie sufrirá ningún tipo de decepción.

Fotos: Luis Ollero

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