miércoles, 2 de octubre de 2024

DULCE CANTO EN UN LUGAR DE ENSUEÑO

Otoño Barroco. Raquel Andueza, soprano. La Galanía: Pablo Prieto,violín; Jesús Fernández Baena, tiorba. Programa: Alma che fai. Música italiana del siglo XVII (obras de Domenico Obizzi, Enrico Radesca, Giovanni Battista Camerella, Domenico Crivellati y anónimos). Patio de la Casa de los Pinelo, martes 1 de octubre de 2024


Organizados por la Asociación de Amigos y Amigas de la Orquesta Barroca de Sevilla, hace años que los conciertos del Otoño Barroco se celebran en lugares emblemáticos de la ciudad, dándolos a conocer, especialmente a través de las cuidadas intervenciones de especialistas en la materia. De los cuatro que tendrán lugar esta temporada, los dos primeros han tenido o tendrán lugar en palacios tan relevantes como la Casa de Pilatos, uno de nuestros reclamos turísticos más importantes, o la Casa de los Pinelo donde tuvo lugar el de ayer que hoy se repite. Concretamente fue su patio, un lugar de verdadero ensueño donde ya en otras ocasiones, hace mucho, pudimos disfrutar de veladas musicales tan agradecidas como la de ayer tarde, el testigo del dulce canto de Raquel Andueza, delicadamente arropada por dos de sus compañeros de viaje, Pablo Prieto y Jesús Fernández Baena.

El resultado fue tan satisfactorio que apenas pudimos echar de menos a otros habituales de la formación, como Juan Carlos de Mulder a la guitarra o David Mayoral a la percusión. Tampoco el repertorio exigía la presencia de más músicos, pues se adapta a la perfección a un conjunto tan limitado como a otro más numeroso, siendo incluso lo primero una excelente solución para dejarse seducir por el encanto de una música tan bien cantada y acompañada. Encima en un lugar tan lleno de magia y de historia, desde que Jerónimo de Pinelo, heredero de la fortuna de una rica familia genovesa de comerciantes, la construyera en pleno Renacimiento. Un lugar muy relacionado arquitectónicamente con otros palacios sevillanos, como el de las Dueñas o la Casa de Pilatos ya mencionada, y que hoy sirve de sede para dos importantes instituciones culturales, las Academias de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría y la de las Buenas Letras. Y precisamente fue un académico de esta última, Rafael Sánchez Saus, quien ayer se encargó de ilustrarnos sobre el lugar, de la misma manera que hoy lo hará Antonio Caballos Rufino, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla.


Tras el fallecimiento de Jerónimo de Pinelo, la casa pasó a manos del cabildo catedralicio hasta la desamortización de 1855, que pasó a albergar distintas funciones, incluido almacén comercial y casa de huéspedes. En 1954 fue declarada monumento nacional y desde 1966 es propiedad del Ayuntamiento. En su patio destacan los arcos ornamentados con hermosas yeserías platerescas y un conjunto de cabezas pertenecientes a personajes ilustres, algunos inspirados en Los siete libros de Diana, de Jorge de Montemayor. Y allí pudimos constatar la buena forma en la que se encuentra la voz de Andueza, tras tantos años de ausencia en nuestra ciudad, problemas de salud mediante. Con el fin de no forzarla y no someterla a acrobacias insostenibles, su estilo, siempre perfecto y apropiado, apunta ahora a un canto dulce y extremadamente delicado, que sin sacrificar en potencia opta sin embargo por una vertiente de ternura que se traduce en un magistral acento en los tonos, los colores y los gestos, de forma que nos hizo embelesar con madrigales, tarantelas de ritmo insólitamente pausado pero paulatinamente creciente, y nanas plenas de encanto y dulzura.

Junto a ella, el violín de Pablo Prieto se prestó a vertiginosas secuencias y la tiorba de Fernández Baena a un atinado y elegante ropaje. Ambos destacaron en las piezas instrumentales, especialmente unos correntes o courantes, y un Bal del Duca efervescente, también llenos de encanto y dulzura. Todo en torno al amor en sus distintas vertientes, a cuyos textos no fuimos ajenos, a pesar del italiano arcaico, gracias a las elocuentes presentaciones de la cantante pamplonica. Las siguientes citas nos llevarán el lunes 21 de este mes a la Casa de Pilatos de la mano de Antonio Simón, que nos deleitará con obras de Liszt al fortepiano. El 10 de noviembre en el Espacio Turina será el turno de la Joven Orquesta Barroca de Sevilla, y en ese mismo espacio tendrá lugar el 4 de diciembre el ya tradicional concierto participativo con la Orquesta Residente del Otoño Barroco.

Fotos: Luis Ollero

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