Guion y dirección Rich Peppiatt Fotografía Ryan Kernaghan Música Michael “Mikey” J Asante Intérpretes Móglaí Bap, Mo Chara, DJ Próvai, Josie Walker, Fionnuala Flaherty, Jessica Reynolds, Adam Best, Simone Kirby, Michael Fassbender Estreno en el Festival de Sundance 18 enero 2024; en Irlanda 8 agosto 2024; en España 20 septiembre 2024
Recuperamos este título tras la lluvia de nominaciones a los Premios Bafta que acaba de recibir, seis, algunos en apartados exclusivamente dedicados al cine británico. Lo despreciamos en su momento, y constatamos ahora nuestra falta de sintonía con este tipo de propuestas, frenéticas en su montaje, saturadas de efectos gráficos y recursos técnicos, y con una abierta exhibición de consumo de alcohol y estupefacientes que poco o nada conveniente nos parce de cara al público mayoritario, joven, al que va destinado. Afortunadamente no parece que este debut en el largometraje del irlandés Rich Peppiatt haya tenido mucha repercusión de público, aunque sí y unánime de crítica, en nuestro país. Se trata desde luego de una propuesta muy local, centrada en la eterna lucha de Irlanda del Norte por repeler la influencia e invasión británica, a través de una historia biográfica real. El trío de hip hop Kneecap, rótula en inglés, pero también disparo en la rodilla en referencia a la práctica inglesa para frenar protestas republicanas en la zona, surgió a finales de 2017 para posicionarse en un lugar destacado de la cultura pop. Pero lo más llamativo es que demuestran con sus temas cómo a través de la cultura popular y urbana se pueden conseguir objetivos que mediante la lucha protocolaria y las reivindicaciones legislativas tanto cuesta lograr.
Pone de manifiesto también la distancia generacional para afrontar un mismo problema, mediante la figura del padre ex terrorista de uno de los protagonistas, un error de casting para colocar una estrella en el cartel, Michael Fassbender. Un profesor de música y dos jóvenes, interpretándose a sí mismos, montan este conjunto y consiguen que la juventud de la zona se interese más por su lengua, el gaélico, posibilitando que el idioma se extienda y sea practicado por un mayor número de personas en toda Irlanda del Norte, lo que demuestra la importancia como patrimonio cultural del idioma propio como identidad y distinción de los pueblos, y cómo preservarla constituye una obligación inexcusable y una vía efectiva hacia la auto determinación.
Lástima que tan interesante tesis se diluya en una vorágine de situaciones, presuntamente cómicas y divertidas, y personajes extremos, empezando por la desquiciada inspectora de policía y terminando con los caricaturescos Republicanos Anti Droga, mientras la mencionada saturación de efectos y detalles acaban provocando algo parecido a la fatiga. Será interesante poderla mencionar cuando Rich Peppiatt empiece a acumular títulos tras la buena acogida que ha tenido su ópera prima, por mucho que en el fondo no se trate más que de una prolongación de aquel Danny Boyle de Trainspotting, después perdido entre tanta película definitivamente banal.
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