miércoles, 9 de marzo de 2011

Crónicas del FeMÁS (II)

III Semana de la Viola de Gamba


La muy exitosa Semana que el Festival de Música Antigua de Sevilla le dedica a la viola de gamba llega este año a su tercera edición, ofreciendo así una mayor garantía de continuidad. Este año los tradicionales conciertos prestan atención no sólo a las interpretaciones solistas, sino también al conjunto de cámara y al dúo, lo que es toda una novedad en el certamen. Los conciertos van acompañados además de una serie de masterclass impartidos por Ventura Rico, Nima Ben David, Rodney Prada y Juan Manuel Quintana, y de una exposición de violas de gamba con participación directa de luthiers llegados de Italia, Francia, Alemania, Argentina y España.

El concierto con el que arrancó esta Semana de la viola de gamba tuvo lugar el lunes 7 de marzo, con Ventura Rico, fundador y contrabajo de la Orquesta Barroca de Sevilla, que junto a los componentes de Vie sul mare, entre los que se encuentran los también integrantes de la OBS Mercedes Ruiz y Guillermo Peñalver, interpretaron obras de Buxtehude, Schenck y Guillemain. Vittorio Ghielmi, un ya habitual de este certamen, y Rodney Prada protagonizan un muy especial dúo de violas del 9 de marzo, mientras Juan Manuel Quintana repasará al día siguiente la Edad de Oro de este instrumento, con composiciones de Sainte Colombe y Marin Marais, entre otros. Pero quizás la gran sensación de esta edición vino de la mano de la gran violagambista israelí, afincada en Francia, Nima Ben David. Con ella repasamos el martes 9 tres de las nacionalidades más relacionadas con este instrumento, a la vez que recorrimos cuatro siglos de composiciones para el mismo, con especial y lógico detenimiento en el Siglo XVII, y también una especial atención a nuestros días, sólo para constatar hasta qué punto la personalidad de la viola de gamba es tal que es capaz de absorber todos los estilos y épocas para homogeneizarlos.

Nos sorprendió su técnica, no tan depurada y perfeccionista como esperábamos, pero sin embargo nos embelesó su profunda expresividad y emotividad a la hora de interpretar un repertorio tan variado, desde la nostálgica melancolía de Tobias Hume (Pavana en la menor) a la emoción elegíaca de Georges  Gourdjieff (Prayer of Mercy), pasando por el estilo recio y virtuoso de Carl Friedrich Abel (Preludio en re menor) y el refinamiento de Sainte-Colombe. Pero donde más brilló su talento fue con Telemann, de cuya Sonata en re mayor de Der Getreue Music-Master ofreció todo un recital de emociones, con un extraordinario dominio del volumen y una excelente fuerza expresiva; y con Philippe Hersant, especialmente su suite del film sobre Caravaggio L’ombre d’un doute, donde pizzicatos combinados con notables experimentaciones dieron como resultado unos resultados subyugantes. Lástima que la Sala del Centro de Músicas Históricas, además de resultar muy desangelada, no haya sido insonorizada, de manera que el en un principio agradable sonido de la lluvia acabó resultando bastante molesto. Aunque la función principal de la sala sea la de biblioteca, deberían cuidarse estos detalles si también se pensó en ella para la celebración de conciertos.

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