lunes, 21 de marzo de 2011

Crónicas del FeMÁS (VI)

TOMÁS LUIS DE VICTORIA Y EL SIGLO DE ORO ESPAÑOL

Con ocasión del cuatrocientos aniversario de la muerte de Tomás Luis de Victoria, FeMÁS ha dedicado al compositor de Ávila un seminario y tres conciertos, además de una presencia ya notoria en el concierto de inauguración del certamen, a cargo de Intonationes y con Gesualdo como autor protagonista.

Música Ficta, con Ruth Rosique cuando cantaba en sus filas

La primera de estas citas integrales tuvo lugar el sábado 19 en la Iglesia filipense de San Alberto, no en vano fue grande la relación del autor con el Oratorio de San Felipe Neri durante su estancia de veinte años en Roma. Y fue a cargo del excelente grupo vocal Musica Ficta, liderado por Raúl Mallavibarrena. Sus ocho integrantes hicieron gala de magníficas prestaciones en su rendición de los Responsorios de Tinieblas que Victoria escribió a principios del S. XVII dentro de su obra magna Officium Hebdomadae Sanctae, con música dedicada a la Semana Santa. Estos Responsorios en concreto aluden a las festividades del Jueves, Viernes y Sábado Santos, con un especial énfasis en el desencanto y la decepción en el ser humano, personificado en el desaliento de Jesús, traicionado y sacrificado en la cruz. No bastaba pues con una interpretación sobria, ortodoxa y respetuosa con la tradición católica, sino que cabía dotarla de unas mayores dosis de dramatismo, tensión y expresividad de las que habitualmente se emplean al interpretarlos. Y así respondieron cada una de las ocho voces, distribuidas en pares (sopranos, altos, tenores y bajos), haciendo alarde además de individualidad y personalidad sin por ello perder el sentido de conjunto. Cada voz perfectamente perceptible, identificable, dominada y controlada hasta lograr un efecto hipnótico, fascinante y hasta sensual. Pasamos frío en la iglesia pero mereció la pena para así disfrutar de este espectáculo en sus condiciones naturales de espacio y acústica.

Tomás Luis de Victoria
(1548-1611)
En una línea distinta se movió el Coro Barroco de Andalucía bajo la batuta del muy experimentado y reconocido director alemán Martin Schmidt. En la mañana del domingo 20 de marzo, en Santa Clara, interpretaron la Missa Ave Regina Caelorum de Victoria, cuyo contenido dramático es infinitamente más amable que el de los Responsorios, lo que motivó un canto más sereno y armonioso, menos volcado en contrastes y marcadas soluciones contrapuntísticas. Curiosamente la estupenda soprano Rocío de Frutos coincidió en ambas formaciones, adaptándose perfectamente a las dispares indicaciones y exigencias de Mallavibarrena y Schmidt. La alternancia de esta misa con antífonas y otros cantos litúrgicos de otro de los grandes compositores de nuestro Siglo de Oro, Francisco Guerrero, dieron el justo contraste de estilo e intensidad, más expresivo y colorista en el caso del compositor sevillano, que los miembros del coro reflejaron a la perfección. En el pequeño apoyo instrumental destacó el siempre excelente Alejandro Casal al órgano.


Mucho más ortodoxa y anquilosada fue la interpretación el mismo día 20 por la tarde, en la Iglesia de San Alberto, que hizo la Sociedad Musical de Sevilla del Oficio de Difuntos del músico abulense. Su director, Israel Sánchez, optó por la vía más tradicional de la Iglesia Católica Romana Apostólica, con ecos inconfundibles del canto gregoriano dominando un conjunto que en resumen sonó excesivamente monótono y descolorido, sin por ello desmerecer el trabajo individual reflejado en los integrantes del coro, ciudadanos amateurs cuyo esfuerzo y tesón se refleja en unas voces convenientemente entonadas y de cuidados timbres y texturas. Hubo lugar por ello para momentos que rozaron lo sublime, como el Sanctus.

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