miércoles, 16 de marzo de 2011

Incendies: la herencia mal aplicada de Costa-Gavras

Crítica de cine

INCENDIES
Canadá-Francia 2010, 125 min.
Guión y dirección Denis Villeneuve, según la obra de Wajdi Mouawad Fotografía André Turpin Música Grégoire Hetzel Intérpretes Lubna Azabal, Mélissa Désormeaux-Poulin, Maxim Gaudette, Rémy Girard, Abdelghafour Elaaiz, Allen Altman, Mohamed Majd, Nabil Sawalha, Baya Belal Estreno 11 marzo 2011

Independientemente de las buenas intenciones del film, denunciar los horrores extremos de las guerras a propósito de la que se libró en Líbano entre cristianos y musulmanes, y de que se trate de una producción cuidada en todos sus detalles de ambientación e interpretación, una película no es buena si su guión no lo es, aunque esté inspirado en una obra teatral de relativo éxito. Llena de imprecisiones e imposturas, su historia, con ser generosa en acontecimientos, hace aguas por todas partes. Parece que debiera funcionar como una ecuación matemática – las ciencias exactas están muy presentes en la historia – y sin embargo más bien está cogida con alfileres, desde las fechas entre las cuales transcurre la trama, y que obliga a que en su transcurso tres personajes crezcan más de lo que el lapsus de tiempo realmente les permite, a la serie de coincidencias o casualidades que hacen que el argumento progrese hacia donde el autor quiere dirigirnos. Partiendo de la base de que el propio motor de arranque es ya un disparate, pues en realidad su argumento se reduce al de una madre que condena a sus hijos a una existencia infeliz a partir de una herencia de horror y miseria, nos encontramos en realidad ante una trama de culebrón de sobremesa sólo que realizada con prestaciones más cinematográficas. Su realizador tiene el acierto de ahorrarnos la explicitud en las secuencias más cruentas, aún así terribles, pero no acierta a explicar detalles que emborronan el resultado final, mientras bifurca la narración en un doble plano, a través del cual el espectador siempre recibe más información de la que lo hacen sus protagonistas, a pesar de lo cual al final todos llegamos inexplicablemente a las mismas conclusiones. Son muchos los directores que en los últimos tiempos han aplicado a sus trabajos las enseñanzas de Costa-Gavras, maestro indiscutible de la denuncia político-social fundamentalmente en los años 70 y 80, pero pocos han acertado a plasmar sus tesis con su talento y contundencia; Villeneuve no es ciertamente uno de ellos. Con todo ha recibido elogios y reconocimientos varios, como el Premio del Público en Valladolid o la nominación al Oscar a la mejor película extranjera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario