domingo, 6 de marzo de 2011

Ispansi por el Mundo

Crítica de cine

ISPANSI (ESPAÑOLES)

España-Suiza 2010 101 min.
Guión y dirección Carlos Iglesias Fotografía Tote Trenas Música Mario de Benito Intérpretes Esther Regina, Carlos Iglesias, Isabelle Stoffel, Doris Dragos, Eloísa Vargas, José de Felipe, Bruto Pomeroy, Isabel Blanco, Iñaki Guevara Estreno 4 marzo 2011


La nueva película de Carlos Iglesias no es lo que se esperaba del realizador de la muy estimulante Un franco, 14 pesetas. Con su crónica sobre los refugiados políticos de la posguerra española en Rusia, en plena Segunda Guerra Mundial, Iglesias ha perdido la frescura que tenía su muy satisfactorio debut tras las cámaras. Pero mantiene las formas, que también caracterizaron en gran medida el encanto de aquella cinta sobre la emigración española a países de Centro Europa a finales de los 50 y principios de los 60. Buen conocedor de la manera de ser y pensar de esos países europeos y europeístas (Alemania, Suiza…), Iglesias mantiene el temple y la buena caligrafía, sin los desmanes ni el mal gusto que desgraciadamente en tantas ocasiones define al cine español. Y lo hace para contarnos, con un considerable esfuerzo de producción, en el que está muy implicada la sevillana Maestranza Films, una historia de supervivencia y evasión centrada en una elogiable pero utópica conciliación entre las dos Españas, o lo que es lo mismo, entre ideologías distintas, a favor de un mayor humanismo y más solidaridad en nuestras relaciones. Lástima que el film falle fundamentalmente en su tono dramático, generalmente lánguido, y en su estructura narrativa, excesivamente dispersa, deteniéndose en episodios que no logran captar nuestro interés y nos alejan de su temática principal, con la que a duras penas conseguimos identificarnos, viéndolo todo siempre muy desde fuera, lo que sin duda alguna se encuentra en las antípodas de las intenciones del cineasta. Se agradece sin embargo su ambición por hablarnos de historias españolas pero no localistas, centradas en nuestras relaciones con el exterior y poniendo en evidencia nuestras mayores flaquezas. Pero todo eso hubiera dado magníficos resultados si se hubiera cuidado más el guión, que abusa de voz en off subrayando lo que ya vemos en imagen, y no logra ensamblar con éxito los distintos vaivenes del desdichado grupo de refugiados españoles a los que sigue en sus andanzas. Fotografía y ambientación cumplen sobradamente las intenciones del film, mientras la música se antoja rutinaria y poco inspirada. En cuanto a las interpretaciones, sin ser desechables, pecan de excesiva contención, seguramente por ese tono elegante con el que el realizador quiere contarnos su historia. La cinta se revela, no obstante todo lo anterior, necesaria para recordarnos que hubo un tiempo en el que los españoles conocían Mundo no por curiosidad, espíritu aventurero o vocación internacionalista, buena muestra de lo cual son los programas sobre el tema que abundan en nuestra parrilla televisiva, sino por supervivencia y necesidad. Iglesias ya nos lo contó en su primera película y lo hace ahora, con una perspectiva muy distinta, en ésta.

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