domingo, 22 de mayo de 2011

EL ÚLTIMO EXORCISMO Aire fresco para un género que parecía agotado

Título original: The Last Exorcism
USA-Francia 2010, 87 min.
Director Daniel Stamm Guión Huck Botko y Andrew Gurland Fotografía Zoltan Honti Música Nathan Barr Intérpretes Patrick Fabian, Ashley Bell, Iris Bahr, Louis Herthum, Caleb Landry Jones, Tony Bentley, Shanna Forrestall Estreno 6 de mayo de 2011



A simple vista podríamos pensar que nos encontramos ante más de lo mismo; otra película que utiliza el estilo del falso documental para dotar de una mayor credibilidad  a lo narrado, y otra película que aprovecha el tirón de público que desde El exorcista tienen las películas sobre posesiones diabólicas. Sin embargo no nos encontramos exactamente ni ante lo uno ni lo otro. Sus responsables se relajan en más de una ocasión ante el formato de falso documental, mezclando de esta manera sus directrices con las de la narrativa corriente o habitual, lo que hace el conjunto algo más natural y agradecido, y sin embargo este recurso al reportaje logra que nos involucremos mejor en esta historia acerca de la incredulidad y la pérdida de la fe. En este sentido se agradece también la inclusión de breves acompañamientos musicales, de la mano de un inquietante y creativo Nathan Barr, autor de las bandas sonoras de Hostel y True Blood. La cinta arranca de manera algo cómica, desvelándonos los entresijos, engaños y miserias de los típicos pastores religiosos de la América profunda, a partir de un protagonista que como el resto del elenco, realiza su trabajo con absoluta convicción y profesionalidad, logrando ese objetivo hiperrealista que persigue la cinta. Por otro lado el tema de la posesión está también tratado con un punto original, sin alardes técnicos ni sanguinolentos, seguramente debido al bajísimo presupuesto de la película, aunque deja bien patente que ni falta que le hacen esos recursos para dotar al conjunto de inquietud y desasosiego en dosis abundantes. En este sentido conviene destacar también el espléndido trabajo interpretativo de la niña Ashley Bell, que logra mezclar las tan deseables dosis de ternura e inocencia con la repugnancia y el rechazo que provocan estos fenómenos inexplicables y enfermizos. Sus frecuentes giros argumentales contribuyen también al éxito de una operación que desde sus muy sencillas propuestas ha logrado en taquilla multiplicar por veinte su presupuesto, y a pesar de eso ha tardado en llegar a nuestras pantallas nueve meses, como un recién nacido.

1 comentario:

  1. Celebro que hayas disfrutado con la película, Juan José. Como te comenté, merecía la pena el visionado. Para mí, como hooligan de este cine, fue toda una sorpresa toparme con un filme del que esperaba muy poco.

    ResponderEliminar