Dirección Kenneth Branagh Guión Ashley Miller, Zack Stentz y Don Payne, según el argumento de J. Michael Straczynski y Mark Protosevich, basado en los cómics de Stan Lee, Larry Lieber y Jack Kirby Fotografía Haris Zambarloukos Música Patrick Doyle Intérpretes Chris Hemsworth, Anthony Hopkins, Natalie Portman, Tom Hiddleston, Kat Dennings, Stellan Skarsgard, Idris Elba, Clark Gregg, Colm Feore, Ray Stevenson, Jaimie Alexander, Josh Dallas, Tadanobu Asano, Rene Russo Estreno 29 abril 2011
Los proyectos que se gestaban a mediados de la década de los 80 del siglo pasado están dando sus frutos ahora, casi treinta años después. Hulk, Iron Man o Watchmen son sólo algunos de los títulos que la mítica Marvel va trasladando desde sus cómics a la pantalla, y a los que ahora se suma una de sus producciones más ambiciosas. Para tal ocasión se ha contado con un realizador de prestigio, aunque a la vista de los resultados parece que se haya tratado más de una estrategia comercial que de otra cosa, más de cara a los créditos que a la auténtica autoría del film. Y es que no hay atisbo de originalidad ni de personalidad en este producto de fácil consumo y rápido olvido, que nos cuenta otra vez la misma historia mil veces vista de lucha por el poder, guerras entre civilizaciones, traiciones y romances cargados de impostura. Recargada de efectos visuales que no logran provocar un mínimo de fascinación (lejos quedan los tiempos en los que este apartado técnico suscitaba tanto entusiasmo y admiración), con una dirección artística de salir al paso, sin creatividad, arquitectónicamente funcional pero fea, y lo mismo cabe decir de cualquier otro apartado artístico, incluida la música de un Patrick Doyle apenas identificable, intercambiable con cualquiera de los compositores de la factoría de Hans Zimmer; y una fotografía oscura y confusa, difuminada y sin matices. Cierto es que Branagh no ha realizado apenas grandes películas, y que las últimas han dejado mucho que desear, especialmente su estéril revisión del clásico de Mankiewicz La huella, pero aquí es como si hubiera puesto el piloto automático y sólo se hubiera preocupado por cobrar el suntuoso cheque final. Y de nuevo nos encontramos ante el habitual enigma en este tipo de producciones de por qué necesita tantos responsables del guión; entre la fuente original, la adaptación y los diálogos encontramos nada más y nada menos que ocho firmas, y todo para contar una historia sencillísima, infantil y mil veces contada. Incluso el humor con el que se ha querido barnizar el conjunto resulta ingenuo y soso, sin obviar la escasa química que existe entre el macizorro Crhis Hemsworth y la menudita Natalie Portman, que como siga así va a quemar rápidamente su imagen en el cine (cinco películas estrenadas en apenas un par de meses).
"Earth to Asgard" de la BSO de la película, compuesta por Patrick Doyle
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