domingo, 15 de mayo de 2011

MIDNIGHT IN PARIS Los encantos de la ciudad del Sena

USA-España 2011 94 min

Guión y dirección Woody Allen Fotografía Darius Khondji Intérpretes Owen Wilson, Marion Cotillard, Rachel McAdams, Kathy Bates, Michael Sheen, Adrien Brody, Nina Arianda, Mimi Kennedy, Kart Fuller, Carla Bruni, Léa Seydoux, Tom Hiddleston, Corey Stoll Estreno 13 mayo 2011

La primera cosa que corrobora el nuevo film de Allen es la capacidad que tiene la sala de cine para convertir el visionado de una película en una experiencia inolvidable. Verla en una sala abarrotada de gente preparada intelectualmente para captar todos sus chistes, la mayoría basados en citas culturales, hacen que cualquier otra forma de ver la película, en casa, en DVD, empobrezca considerablemente la experiencia. Por lo demás nos encontramos con el enésimo homenaje de Allen, en este caso a la ciudad de París, tanto desde el punto de vista de una postal como de nostalgia, siempre bajo el prisma de ese París que siempre ha fascinado tanto a los americanos, especialmente en el cine, desde Un americano en París a El turista accidental, pasando por Una cara con ángel o Irma la dulceDías de radio, La rosa púrpura de El Cairo, Recuerdos, Manhattan, September o Vicky Cristina Barcelona son otros títulos, entre muchos, que reflejan esa pasión del cineasta por el homenaje, bien sea a los años dorados de la radio, el cine como fábrica de sueños, Fellini, Nueva York, Bergman o Barcelona, respectivamente. Pero Allen es lo suficientemente inteligente e inquieto como para no dejar la cosa ahí, en el mero homenaje, sino que éste es el vehículo para poner en escena una de sus constantes elucubraciones filosóficas. En este sentido la cinta nos viene a convencer de que vivir el presente y disfrutarlo es la mejor medicina frente a la melancolía, la nostalgia del pasado, ese dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor, y que no es fruto sino de una doble circunstancia: que el ser humano es lo suficientemente inteligente como para olvidar los malos momentos y revivir los buenos, y que el pasado cuenta con una ventaja, la perspectiva de la historia, que hace que volver a él conlleve el privilegio de saber cómo fue, cómo enfocarlo y cómo sacarle el mejor partido. Midnight in Paris es una película llena de sorpresas, con excelentes interpretaciones, especialmente la de un Owen Wilson al que jamás hubiéramos imaginado como alter ego de Allen, y sin embargo gracias a un trabajo lleno de registros y matices y sin estridencias, logra que olvidemos su aspecto rubiales y deportivo y logremos imaginarlo con gafas y alopecia. Es además una película tremendamente necrofílica, en la que los muertos y sus fantasmas tienen un protagonismo absoluto a través de la herencia que nos han dejado. En el aspecto técnico la película confirma también la tendencia del realizador a descuidar cada vez más el aspecto de sus películas; lejos quedan los tiempos de la maravillosa puesta en escena de Días de radio para conformarse con una más sencilla y convencional en este título coproducido por España, como Vicky Cristina Barcelona y Conocerás al hombre de tus sueños. La magia, el encanto, la simpatía, la sencillez y la profunda pasión por el arte, la cultura, el conocimiento y el entretenimiento que rezuma este trabajo lo convierten en absolutamente recomendable.


"Si tu vois ma mere", un clásico de Sidney Bechet tal cual suena en la última película de Woody Allen

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