USA 2011, 137 min
Dirección Rob Marshall Guión Ted Elliott y Terry Rossio Fotografía Dariusz Wolski Música Hans Zimmer Intérpretes Johnny Depp, Penélope Cruz, Geoffrey Rush, Ian McShane, Kevin McNally, Sam Calflin, Astrid Bergès-Frisbey, Stephen Graham, Richard Griffiths, Óscar Janeada Estreno 20 mayo 2011
Cuatro años han pasado desde la anterior entrega de esta saga, la que cerraba la trilogía inicialmente anunciada, cuyas segunda y tercera partes fueron rodadas simultáneamente tras el éxito cosechado por la primera, directamente inspirada en una legendaria atracción del parque temático Disney. A la vista de esta actual entrega lo primero que queda claro es que los tres primeros títulos siguen siendo una trilogía, ya que ésta supone un giro en la serie y un punto de inflexión respecto a lo anteriormente visto y contado. Su aspecto estético y su acabado formal siguen siendo los mismos, así como su humor particular y su estilo narrativo. Pero surgen personajes completamente nuevos, frente a los ya familiares Jack Sparrow y Barbossa, como la nueva pareja romántica que viene a sustituir a la formada por Orlando Bloom y Keira Knightley, y que ahora integran un joven proveniente de la televisión (Los pilares de la tierra) y una joven española de ascendencia franco-americana, vista en Bruc. El desafío y en varias producciones galas. Pero sobre todo aparece Penélope Cruz, con un personaje sobre el papel mucho más divertido y prometedor de lo que acaba siendo, nos tememos quizás por reducción de su participación debido a su embarazo, lo que obliga a prescindir de ella en muchas ocasiones, utilizar dobles de cuerpo y encuadrarla casi todo el tiempo sólo de cara. Pero Angélica se suponía más peligrosa, enredadora, mentirosa y manipuladora de lo que finalmente acaba siendo. Por su parte Depp amortiza sus particulares tics y trucos que tanto éxito le reportaron desde el primer momento en que abordó este carismático personaje, mientras Geoffrey Rush borda, como siempre, su personaje, malvado, vengativo y despiadado; Ian McShane también destila buenas dosis de mala leche para dar credibilidad a su Barbanegra. El diseño artístico es nuevamente espectacular, especialmente las escenas que se desarrollan en un apabullante Londres, con una persecución antológica a la que se unen otros momentos técnicamente memorables, como el castigo que Barbanegra infringe a unos amotinados. Pero si la cinta supone un punto de inflexión respecto a las anteriores es debido a su guión, mucho más ameno y sencillo, y su dirección, en manos de Rob Marshall, menos caprichoso y pretencioso que Gore Verbinski, cuya experiencia en el musical (Chicago, Nine) traslada a unas secuencias de acción bellamente coreografiadas. Quienes disfrutaran con el barroquismo y los delirios propuestos por Verbinski quizás se decepcionen con esta cuarta película, sin embargo quienes opinamos que aquéllas eran insufribles, hemos disfrutado mucho con el espíritu mucho más clásico y aventurero de ésta.
"On Stranger Tides" & "End Credits", lo nuevo y lo viejo de la BSO de la última entrega de los piratas, con música de Hans Zimmer, incluyendo el tema principal de la saga, compuesto por Klaus Badelt
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