Guión y dirección Steven Knight Fotografía Haris Zambarloukos Música Dickon Hinchliffe Intérpretes Tom Hardy y las voces en versión original de Ruth Wilson, Tom Holland, Andrew Scott, Olivia Colman Estreno en España 22 agosto 2014
Redención apuntaba maneras, pero el reclamo de Jason Stratham como protagonista hizo que la película pasara casi desapercibida tanto para incondicionales del actor como para el público potencial al que la cinta apelaba. Libre de esa losa, ahora su director, curtido como guionista de Stephen Frears (Negocios ocultos) y David Cronenberg (Promesas del este), apuesta por un actor menos conocido y más solvente artísticamente, Tom Hardy, a quien hemos visto como villano en El caballero oscuro renace y en los repartos multiestelares de El topo y Origen. Y con su nueva película exhibe una habilidad especial para contar una historia compleja y hacerlo de forma muy arriesgada, confiando todo el peso en un solo intérprete y un solo escenario, en tiempo real y con una sucesión continua de conversaciones telefónicas como único recurso narrativo mientras el personaje se desplaza en automóvil por autovías británicas. En la operación ayudan sobremanera el talento interpretativo del actor y el hábil e ingenioso trabajo del montajista; la originalidad reside sin embargo en su muy elaborado guión, a nuestro juicio sin embargo más tramposo y manipulador que ciertamente ingenioso. Hardy incorpora a un héroe de nuestro tiempo, una persona que antepone dignidad e integridad a cualquiera de los dioses que hoy manipulan nuestro comportamiento y nuestras relaciones con los demás. No obstante huele muy mal la facilidad con la que los espectadores empatizamos con él y su causa, en comparación con la falta de sintonía que muestran el resto de personajes (telefónicos) que van apareciendo en su banda sonora. Héroe con una total e impuesta desde el guión falta de apoyos, sin lo cual no habría nudo ni desenlace, pero que a algunos nos causa una molesta e irritante sensación de manipulación. Una mejor dosificación de los recursos dramáticos y un perfil más creíble, menos de manual, en los comportamientos del elenco telefónico hubieran podido resultar un film ejemplar y antológico, pero no nos parece el caso.
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