Dirección Tanya Wexler Guion Scott Wascha y Louis Waymouth Fotografía Jules O’Loughlin Música Dominic Lewis Intérpretes Kate Beckinsale, Bobby Cannavale, Jai Courtney, Stanley Tucci, Laverne Cox, Ori Pfeffer, David Bradley, Susan Sarandon Estreno en Amazon Prime 23 julio 2021
No hay más que echarle un vistazo a la filmografía de la bella y entrenada Kate Beckinsale para echarse a temblar. Prácticamente encorsetada en la franquicia Underworld, con incursiones en cintas románticas de poca enjundia y otras de acción de escasa relevancia, además de seriales de televisión, la que empezara a las órdenes de Kenneth Branagh en Mucho ruido y pocas nueces, y se embarcara luego en proyectos de alto calado como Pearl Harbor, se ha especializado en películas de acción y patadas a diestro y siniestro, y esta no es una excepción.
Dirigida quizás para darle cierta sensibilidad femenina por Tanya Wexler, de quien recordamos con agrado aquella Hysteria de hace una década, la película se centra en una mujer que ha desarrollado una fuerza y una agilidad extraordinarias así como unos impulsos criminales irrefrenables como consecuencia de la falta de cariño sufrida cuando era niña. Controla dichos impulsos mediante un artilugio neurológico y se adentra en una vorágine de venganza y violencia a partir de su propio enamoramiento. Un híbrido entre cine de acción de serie B y telefilm con aspiraciones, rodado en estudios en Bulgaria simulando Nueva York y con participación técnica portuguesa, aunque se trata de una producción exclusivamente norteamericana.
Lo bueno de la cinta es que no se toma en serio, es consciente de su vocación de mero entretenimiento, de guasa total y fiesta violenta permanente, poniendo en boca de la protagonista frases hilarantes con perfecto acento inglés, sin despeinarse a pesar de enfrentarse en continuas batallas con auténticos mamotretos musculosos, y dispuesta a todo, incluso a jugar con bebés, para conseguir sus propósitos. No hay más, ni tampoco menos. Bueno sí, que Susan Sarandon aparece al final, aunque ya lo había hecho antes pero de incógnito, para intentar dar dignidad al asunto y prepararnos, quién sabe, para otra interminable serie de secuelas.
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