Música y dirección Alejandro Amenábar Guion Alejandro Amenábar y Alejandro Hernández Fotografía Álex Catalán Intérpretes Julio Peña Fernández, Alessandro Borghi, Miguel Rellán, Fernando Tejero, José Manuel Poga, Luis Callejo, Roberto Álamo, Albert Salazar, Luna Berroa, César Sarachu, Jorge Asín, Mohamed Said, Juanma Muniagurria Estreno en el Festival de Toronto 7 septiembre 2025; en salas 12 septiembre 2025
Seis años después de Mientras dure la guerra y tras el paréntesis televisivo de La fortuna, Amenábar nos presenta un proyecto que se antoja tremendamente personal, por cuanto construye alrededor de hechos extraídos de la vida de Cervantes, una fantasía y un delirio homoerótico, no obstante basado en indicios bastante plausibles del periplo del autor de El Quijote en tierras argelinas. El relato se circunscribe a los casi cinco años que Cervantes pasó en una cárcel de Argel, bajo la atenta e interesada mirada del Bajá o gobernador de la ciudad. Su pasado como condenado por un duelo ilegal, su exilio en Italia y su apresamiento por corsarios árabes, son episodios de su vida que surgen a través de pautas de guion bien integradas en la narración, y que el propio escritor documentó en relatos como El licenciado Vidriera, El trato de Argel o La Galatea. A partir de ahí asistimos a su cautiverio, sus intentos de fuga y la fascinación que ejerce sobre su carcelero, el Bajá. Una atracción que no parece descabellada a juzgar por las veces que éste pasó por alto su autoría de los intentos de fuga perpetrados junto a varios de sus compañeros de encierro.
La libertad imperante en una cultura, la árabe, que con el paso de los siglos ha ido evidenciando gigantescos pasos atrás, da pie a una exagerada galería de personajes y conductas homosexuales a lo largo y ancho de la ciudad mediterránea. Mientras, Cervantes se antoja como una suerte de Sherezade que se gana la confianza y la compasión de su señor a fuerza de relatos e ingenio, ganando tiempo para él y los suyos, entre quienes se encuentran el sacerdote Antonio de Sosa, quien cuenta esta historia en primera persona, y a quien da vida un entregado Miguel Rellán, así como otro sacerdote de inclinaciones más perversas, Juan Blanco de Paz, interpretado por Fernando Tejero. La película goza de un primer tercio en el que Amenábar acierta a plasmar con emoción y respeto el arte de contar historias, ya sea a través de la literatura, el teatro o el cine, y la necesidad que tenemos de oírlas o vivirlas, por mucho que nuestras experiencias también puedan ser extraordinarias. Sin embargo, continúa por derroteros más convencionales, como si faltase imaginación y todo transcurriera con trazo grueso y gramática impostada, especialmente cuando se descubre que lo que de verdad interesa a su atribulado director es la historia de amor que imagina entre Cervantes y el Bajá, rodada eso sí con delicadeza y suma elegancia.
No nos cabe duda de que el director de Los otros sabe contar historias y enganchar al público, incluso cuando emergen decepciones como las apuntadas. Pero el intenso trabajo de investigación, y cómo ha integrado episodios que dan buena cuenta de la biografía completa del homenajeado hasta regresar a España y antes de escribir su obra maestra, no da los frutos deseados, no resulta convincente y malogra lo que podría haber sido una mejor semblanza de Cervantes antes de que cambiara su segundo apellido, Cortinas, por Saavedra, quizás por cómo lo llamaba la gente de Argel, shaibedraa, traducido como tullido por su condición de manco. Hay demás a lo largo de la cinta, secuencias que rozan el ridículo, si no lo pasan directamente, potenciados por una banda sonora que aunque inspirada y en estilo, del propio Amenábar, a veces resulta ampulosa. Con todo, sorpende comprobar cómo hasta los episodios más reales pueden parecer a veces completamente ficticios.
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